Feliz Cumpleaños, Papá | Drarry

Parte 1

Harry Potter estaba en su oficina la cual se encontraba –de una manera muy cliché– escondida en la librería de su hogar. Ese día lo tenía especialmente nervioso, siempre solía enviarle un regalo y una carta a Draco. Pero le había enviado tantas cosas que ya no sabía que enviarle, ni siquiera sabía que ponerle en la carta.

—¿Debería ponerle que después de todo lo sigo amando? —murmuró para sí mismo mientras miraba con el ceño fruncido al suelo.

Escuchó como la pared se movía, del librero entraba Albus su segundo hijo. Tenía una sonrisa en el rostro y caminaba con notable alegría hacia su padre. Cuando la pared volvió a su sitio, fue cuando Albus comenzó a hablar.

—Papá —dijo con una sonrisa.

—Albus —dijo Harry un poco desconcertado pero sonriendo también.

—Es hora de que tengamos una conversación de padre a hijo —se puso recto y serio. Albus tan sólo tenía trece años, pero era bastante maduro, cosas de Slytherin tal vez—. Últimamente me están pasando cosas y quiero saber si es algo genético o tiene que ver solo conmigo —se encogió de hombros.

—Albus, cada cosa que te pase tiene que ver contigo mismo, no tiene nada que ver conmigo. Tú eres tú y yo soy yo... —comenzó a decir Harry pero al ver como su hijo negaba con la cabeza se calló.

—Entonces error mío —dijo y tomó asiento en un sofá. Luego señaló el que estaba delante de él para que su padre se sentara, Harry lo hizo. Pero se sentía raro ante el compartimiento de su hijo, él casi nunca usaba su lado Slytherin con él—. Formulé mal la frase —sonrió levemente—. Me refería a que si tú habías pasado por algo similar a lo mío, o si tan sólo me pasa a mí —dijo seriamente.

—Claro, responderé a todo con la mayor sinceridad —dijo Harry, arrepintiéndose segundos después por la sonrisa maliciosa de su hijo—. ¿Qué es lo que te está pasando? —preguntó.

Pasaron unos segundos y Albus no dijo nada. Harry comenzó a beber un poco de cerveza de mantequilla que había encima de la mesilla que separaba los sofás donde estaban él y su hijo.

—Estoy enamorado de un Malfoy —al escuchar esas palabras de su hijo, Harry tragó rápidamente la cerveza para no escupirla. Tosió levemente y miró a su hijo a los ojos, estos mostraban sinceridad y preocupación.

—Ah —dijo lentamente—. Tú quieres saber si me he sentido atraído hacia un Malfoy... —dijo Harry analizando las palabras. Albus asintió—. ¿Puedes especificar de cuál Malfoy estás enamorado? —preguntó mirando a un punto en la mesa.

—Scorpius... El hijo de Draco Malfoy —dijo Albus lentamente mientras miraba la reacción de su padre.

—Sí —dijo Harry en un susurro y luego se aclaró la garganta—, sí. Me he enamorado de un Malfoy —dijo el padre y miró a los ojos a su hijo—. Te diré la verdad. Draco Malfoy es mi primer amor, y el único. La persona que más he amado, en ese sentido ¿sabes? Y es que no te lo puedo negar, no cuando huelo una Amortentia y siento el olor de Draco; no cuando él fue mi primer amor, mi primer beso, mi primera vez... Hice tantas cosas por él y con él, por el amor que nos tenemos o teníamos. Lo amo y no dejaré de hacerlo ni aunque me apliquen muchas torturas y me borren múltiples de veces la memoria —confesó tranquilamente.

Sus manos temblaban un poco, por fin lo había admitido, después de tanto tiempo lo había podido decir en voz alta. Y nada más ni nada menos que a su hijo, quien su mejor amigo es el hijo de Draco Malfoy y también es amigo de este mismo.
Albus sonreía tranquilamente, ahora tenía una confesión, pero quería saber más.

—Si tanto lo amabas ¿por qué acabaron así? —preguntó Albus—. Osea, no me quejo, si no fuera por eso yo no estaría aquí, pero... No me molestaría tener al señor Draco como padre —el hijo le tomó la mano al padre para calmarlo un poco. Cuando Scorpius se lo hacía a su padre siempre funcionaba.