Especial (Parte 1)

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"Estas son las mañanitas que cantaba el rey David a los niños más hermosos. Hoy te la cantamos a ti. Despierta, mira que ya amaneció, ya los pajaritos cantan y la luna ya se escondió.

¡Feliz cumpleaños nuestro dulce!" –decía mi padre junto con mi tía y su esposa, Sara.

― ¡Gracias a todos!―

―Que se siente cumplir diez años, mi niño ― decía mi padre contento.

―Muy bien, papá. Pero, ¿cuánto me falta para saber mi género?― dije curioso.

―Tienes que tener quince años, hijo ―

― ¡Puf! ¡Aún queda bastante!― dije haciendo a la vez un puchero. Pero ellos solo se rieron.

Mientras nos encontrábamos comiendo todos juntos. Rin, mi tía nos dio la noticia que muy pronto voy a tener un primo o una prima. Kaito, mi padre se alegró tanto por ellas. Al igual que lo haría mi papá, Len. Todos lo extrañábamos, pero sabíamos que él nos cuidaba desde el cielo.

― ¿Vamos al parque, papá?― pregunté.

―No, mi niño. Pero te vas a ir con las tías. Que papá se tiene que ir a trabajar ― me respondió.

―Vale, papá ―

Una hora después, mi padre ya se había marchado a su trabajo mientras que nosotros nos íbamos camino al parque...

Unos minutos más tarde....

Nos encontrábamos en el parque, mi tía y su esposa se sentaron en el banco mientras que yo iba a jugar a la arena. Cuando estaba jugando veo que un niño se me acerca;

― ¡Miren a la princesita!― dijo él.

― ¿A quién estamos llamando princesita?― dije enfurecido.

― A ti –

―Yo no soy ninguna princesita― le grite.

―No lo niegues, princesita―

Cuando dijo aquello la paciencia que estaba teniendo para no pegarle se fue como el viento. Rápidamente, me tire sobre él y empecé a pegarle igual que él a mí. De pronto, siento como alguien nos separa.

― ¡Discúlpate, Nash!― le dijo una señora aquel niño.

―No lo voy hacer― dijo él.

Así que el gracioso del parque se llama Nash.

―Yo tampoco no pienso pedir perdón― le dije a mi tía.

―Por favor, Ken. Discúlpate―

― Tía, él fue el que empezó todo. ¿Por qué tengo que disculparme?―

― Porque eso te enseño tu papá. Aunque no sea tu culpa, hazlo―

Al decirme aquellas palabras me sentí mal, porque era cierto. Mi papá, Len me enseño eso. Sabía que no era mi culpa, pero aun así pedí disculpas. En cambio, Nash, se marchó furioso del parque junto con aquella señora.

Al poco rato, nosotros también nos marchamos. Por fin habíamos llegado a casa, entre y veo a mi padre, Kaito, en el salón viendo la televisión. Así que fui corriendo donde él, pero cuando lo iba abrazar me detuvo y se puso de pie.

― ¿Qué te paso, mi niño?― decía asustado.

― Se peleó con otro niño en el parque― dijo Rin.

― No volverás a ir más al parque, Ken― dijo enojado.

― ¡Pero, papá!―

―Pero nada, Ken. No vas a ir y punto―

Eternal Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora