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-¿Porque te gustan tanto los girasoles Finn? -Pregunté sentándome con el, en la limpia y fresca hierba de su jardín-

-No sé. Me recuerdan a ti.

Solté una pequeña carcajada y volví a mirar a mi mejor amigo.

-¿A mi porque?

-Sus pétalos me recuerdan a tu pelo, liso, rubio y suave. -Hizo una pausa para mirarme- Además, los girasoles adoran el sol. Cuando llega el sol se levantan y cuando se marcha inclinan la cabeza tristes. Eso es lo que les hace el sol.

Finn apartó la mirada y suspiró.

-Eso es lo que me haces tú a mí. -Susurró-

Lo miré con dulzura y podría jurar que mis ojos comenzaron a brillar como si de estrellas se tratasen.

-Finn. -Lo llamé- A mi también me gustan los girasoles.

Los dos nos miramos y finalmente nos besamos.

Teníamos 11 años pero no me importaba. Deseaba besarlo durante millones de años más.

Nos separamos y el me miró triste.

-¿Me quieres? -Preguntó-

-Claro que si.

-¿Entonces porque no me recuerdas?

Y desperté.

Dear April ; Finn WolfhardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora