Jongin POV
No me di cuenta de lo tarde que era, eran casi las doce cuando llegué a la recepción de mi edificio, y justo cuando oprimí el botón del elevador... se fue la luz.
Eran doce pisos los que tendría que subir para llegar a mi oficina, y me preguntaba si kyungsoo seguiría allí esperándome; durante dos años, nunca había llegado tan tarde... pero si me iba y Do seguía allí esperando, nunca me lo iba a perdonar.
Es que nunca, nadie había sido tan dulce y paciente con él, como lo era kyungsoo. Ese niño de 20 años era la mejor persona que nunca había conocido.
Yo no era ciego para ignorar la belleza de ese joven que trabajaba como mi asistente. Pero yo soy un hombre serio, que no confunde su trabajo con su vida personal. Aunque he de admitir que eso no era para nada una tarea fácil, cuando Kyungsoo entraba en celo, su aroma era tan dulce e hipnótico que tenía que hacer un triple de esfuerzo para controlarme. Si tan solo lo hubiera conocido en otras circunstancias, ya hubiera podido hacerle desmayarse de...
No.
Abandone esos pensamientos, empecé a subir las escaleras hasta el doceavo piso, rezando para que mi pequeño asistente esté allí, esperándome. Después de 20 minutos de "cardio", descubrí que Do no estaba en su escritorio.
Decir que no me dolió no verlo ahí esperando, sería mentir.
Solo me quedo suspirar y entrar a mi oficina hasta que volviera la luz; ni dios mismo bajaría esos doce pisos, ya había perdido mi motivación para hacer ejercicio hoy.
Cuál fue mi sorpresa, al ver a kyungsoo semi-desnudo mirando por el balcón de mi oficina, ¿acaso estaba soñando? o ¿esta era una de mis fantasías hechas realidad? Solo que, en las mías, él no tendría nada de ropa.
- ¿puedo preguntar porque mi asistente está medio desnudo en mi oficina? -
Kyungsoo se asombró volteándose a verme, acto seguido lo mire levantando una ceja y este se giró nuevamente dándome la espalda apenado.
-llegas tarde y yo tenía calor- dijo sin más, mientras yo intentaba no quedarme viendo su espalda.
-no te creía del tipo exhibicionista- le dije burlón mientras me quitaba el chaleco y la corbata de mi traje
- ¿qué haces? - preguntó kyungsoo asombrado por mis acciones.
-acompañándote, subí doce pisos por las escaleras, créeme que también estoy muriéndome del calor-
Termine de quitarme la camiseta blanca que traía quedándome en igualdad de condiciones que Do, me acerque a su lado, apoyándome en el barandal de mi balcón.
- ¿cenaste algo, pequeño Do? -
-te dije que no me digas pequeño... y si, cene algo a las 9, lo tuyo era cena de negocios, no tendría sentido esperarte para comer-
Vi cómo se sentaba en aquel taburete largo negro, que me resultaba tan incómodo por su falta de respaldo, pero que a él le encantaba, pero había algo que realmente me llamaba la atención, pues no dejaba de masajearse el cuello.
- ¿te duele? -
- Pues sí, resulta que mi jefe es un tonto impulsivo, que me ha está dando unas crisis nerviosas que hacen que se tensionen mis músculos del cuello... ¿crees que debería renunciar y dejar de estresarme? -
- Dejar de estresarte sí. Pero tú sabes que no podrías renunciar... ¿qué harías sin mí? -
-vivir sin estrés-
-oh vamos, me amas, aunque no lo demuestres- Me senté detrás de él - ¿quieres que te haga un masaje? Antes de trabajar aquí, trabajaba como masajista-
-jajá, no te pases de chistosito, si quieres tocarme solo pídelo, pero bueno... adelante, me hace falta-
-vaya... hoy estamos al 100 con el humor picante, ¿no es así? –
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12
De TodoCuando el reloj marca las doce, el destino de ambos se sella. ADVERTENCIA: Esta es una historia omega verse; contiene lenguaje explicito, contenido para adultos y relaciones homosexuales. Si es sensible a este tipo de contenido por favor abstenerse...