Capítulo 0: El contexto

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Antes de hablar de cualquier tipo de historia, es necesario que lean y comprendan cómo era el mundo antes del internet y los celulares inteligentes, cómo se desenvolvía y relacionaba la gente y cuál era la opinión de los mayores respecto a socializar con gente del internet.

Nací el año 1992 en la capital de Chile, Santiago. Como consecuencia de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, casi la totalidad de los países Latinoamericanos vivieron dictaduras militares. En el caso particular de Chile, en el momento de mi nacimiento nos encontrábamos gozando de una tardía democracia, después de que finalizó una de las dictaduras más duras de todo América Latina en el año 1990.

Paralelamente a lo que ocurría en Chile, la industria de la computación de los países del primer mundo lograban reducir el tamaño y el precio de los computadores, abriendo la posibilidad de llevar los equipos no solo a las empresas, sino también al hogar de cualquier individuo que tuviera el dinero para pagarlo. A pesar de lo anterior, en los 90' la comunicación y coordinación para acuerdos comerciales entre los países del mundo no era tan rápida como el día hoy, generando que cualquier país tercermundista estuviera muchos pasos atrás respecto a las últimas tecnologías.

Tengo la fortuna de tener una familia grande: mis padres, 2 hermanos mayores y 1 hermana menor. Todos muy unidos y preocupados por el otro. Creo sinceramente que la mayor ventaja de tener hermanos mayores es el hecho de que tus padres ya tienen experiencia criando hijos, más o menos saben qué hacer, o por lo menos tienen una idea más clara que cuando tuvieron a su primer hijo. Una de las ventajas de tener hermanos mayores es que ellos comparten sus gustos contigo y te enseñan fácilmente todo lo que a ellos les costó aprender. El gusto de mis hermanos mayores, fomentando por mis padres, tenía que ver con los Arcades y los Videojuegos de consola y computador.

Debido a que mi padre se desempeña como programador, desde el mismo momento que nací he tenido contacto directo con los computadores. Recuerdo de manera concreta un antiguo Notebook que no debe tener nada parecido a lo que mis lectores conocen hoy; era pesadísimo y con una pantalla muy pequeña; no contaba con ninguna interfaz gráfica interactiva como la que nos presenta Windows, recuerdo que era una pantalla negra con letras blanca, y para acceder a la distintas carpetas y archivos se tenían que escribir instrucción en formato comando en dicha pantalla negra. Si quieren saber de qué hablo, basta que en su computador abran la aplicación "Cmd" desde la barra de búsqueda que se encuentra en Inicio.

Al igual que el acceso a un computador, también tuve acceso a internet, pero no el que conocemos hoy en día: la banda ancha. Era internet que funcionaba a través del teléfono fijo; se caracterizaba por una velocidad lenta, una gran inestabilidad, un precio elevado y por el hecho de que si alguien levantaba el teléfono del hogar, la conexión se perdía inmediatamente. El valor por mega descargado dependía del horario en el cual uno accedía, y nosotros al ser una familia numerosa y bastante humilde, lo utilizábamos exclusivamente a tempranas horas de la mañana o a altas horas de la noche. Jamás en la tarde. Solo en el año 1999 se estableció de forma comercial el primer plan de banda ancha en Chile, permitiendo el acceso y uso de internet a cualquier hora del día, de manera estable y aguantando el uso del teléfono fijo de manera simultanea.

La historia es completamente diferente cuando hablamos de telefonía móvil. Si bien la primera llamada por telefonía móvil se realizó en el año 1973 en Estados Unidos, no es hasta finales de los 90' que penetra en Chile, para finalmente normalizarse entre los años 2000 y 2010 gracias a los planes que ofrecían las compañías de telefonía de esos años, además del acercamiento de los créditos de consumo ofrecidos por la banca.

Cuando hablo de telefonía móvil o de celulares a finales de los 90' e inclusive hasta el año 2010, existe una gran posibilidad de que no estemos imaginando lo mismo. En esos años los celulares eran aparatos bastante sencillos, que muchas veces no eran capaces de durar más de medio día con carga, solo permitían realizar y recibir llamadas, años mas tardes se actualizaron y se les incorporó la capacidad de enviar mensajes de texto o SMS, y es al rededor del año 2007 que empiezo a recordar haber visto aquellos a los que le incorporaron cámaras con una calidad de fotografía y vídeo anticuadas.

Hoy es normal disponer de un celular, incluso antes de desarrollar el famoso "sentido común". A diferencia de muchos de los adolescentes del presente, mi primer celular llegó a mis 18 años: un amigo de la escuela me lo regaló porque decidió erradicarse en un lejano país ubicado en Europa. Aunque enviar mensajes vía SMS por celular era la versión antigua de "Whatsappear" y en consecuencia, una situación en la que pude haberme encontrado con mi identidad virtual, gracias a la presión de mis hermanos mayores y el interés personal de mi padre, me vi expuesto a internet mucho antes de la obtención de mi celular.

En 1999, junto al anuncio del primer plan de Banda Ancha en el país, se tomó la decisión de instalar el plan que estaba disponible en nuestro sector, abriendo la posibilidad de comunicarnos con gente del otro extremo del planeta, de escuchar las últimas noticias del acontecer nacional e internacional, encontrar ese vídeo de 5 segundos donde alguien se cae de manera divertida, buscar una foto de tu personaje favorito de Disney. Ese año se abrió un portal a otro mundo en el computador del hogar, el monitor era la ventana que te enseñaba todo lo que el nuevo mundo tenía por enseñar, y el teclado entregaba la voz para comunicarte con quien sea que te encontraras en el camino. Con tan solo 7 años de edad se abrieron las puertas de lo que hasta el día de hoy mi madre llama: El Mundo Virtual. 

Un mundo nuevo trae consigo un millón de oportunidades: nuevas maneras de hacer negocios, nuevas formas de conocer gente, pero también trae nuevas formas de mentir y nuevas formas de engañar. Quizás el día esté más normalizado decir que conociste a tu amigo, amiga, novio o novia por una aplicación de celular, como WhatsApp o Instagram, puede que hasta no veas nada extraño en seguir a alguien en una red social y luego comenzar a hablarle, solo porque te pareció divertido algo que comentó en la foto de un amigo en común, pero en 1999 nada de esto era normal.

Hablar de internet  y entender conceptos de computación era clasificado por todos como algo que solo un "Nerd" sabría, alguien que carece de ciertas habilidades sociales que le obligaron a encerrarse en su casa a aprender de este montón de "chips del futuro". Cuando se mencionaba el hecho de poder conocer gente "en la red" y que pudieras mantener una relación de amistad con estas personas , gente que posiblemente nunca verías, siempre recibía una respuesta escéptica de quien sea que te esté escuchando: "¿Cómo puede ser tu amigo(a) si nunca lo has visto?", o el clásico "Quizás esa persona no existe, o es un hombre de 40 años". Si bien el último caso es una posibilidad real que podrán leer en más de una de mis historias, también es cierto que puedes encontrar gente que vale la pena en internet, y les puedo confirmar que es posible mantener una amistad sin ver a esas personas.

Ya tenemos todo el contexto necesario para comenzar; el internet es nuevo y nos presenta un nuevo mundo lleno de nuevas experiencias; las personas desconfían de sus capacidades y creen que cualquiera que use su tiempo en conocer y entablar relaciones con "personas virtuales" están perdiendo el tiempo; se abre la posibilidad de ser una persona anónima dentro de internet, pudiendo ser bueno o malo sin consecuencia en la vida real.

El mundo virtual es un lugar peligroso pero excitante, y a mis 8 años me atreví a probarlo.


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⏰ Last updated: Jun 09, 2019 ⏰

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