Capítulo 1: Una muestra de la realidad

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Lara

Cuando miro el horizonte una gran explosión de una fábrica se levanta. Un arte dentro del mundo de mi familia. Desde pequeña me ensañaron en que me convertiría en una princesa, y no una de cuento de hadas, sino de la mafia neoyorquina. Me llaman Croft por mis habilidades, ya saben como la película, pero mi verdadero nombre es Lara Clarke, tengo 18 años y me encuentro en el último año del instituto. Ahora pensarán porque me encuentro mirando la fábrica, y el motivo es que a unas personitas se olvidaron de pagar sus deudas o se retrasaron y nadie juega con mi familia. Bueno como la misión terminó presento mi retirada.

Subo a Lamborghini de color rojo, recibo una llamada de mi padre y respondo.

Yo: Holi, boli.... Arranco el coche y avanzó

Papá: Princesa, ¿estás bien?

Yo: clarop, una fábrica lindamente quemada sin rastro alguno

Papá: Buen trabajo, regresa a casa ya va estar la cena y tu madre nos va ahorcar si no llegamos a tiempo. Mi padre Damián Clarke, el hombre ejemplar es uno de los más grandes en EEUU, y es un fiel enamorado de mi madre Linda Clarke. Además, mi padre cubre todos sus negocios con nuestra cadena de hoteles Hilton. El considero que debo vivir una adolescencia lo más común posible, lo cual he aceptado, pues tendré que tomar el mando a los 21 años. Me falta un par de años pero considero que debo vivir la experiencia.

Yo: Llegó en quince minutos. Te quiero. Bye

Papá: También te qui.....Upss, le corte

Sigo conduciendo hasta llegar a casa, bueno una mansión en Midtown. Es hermosa. Estaciono mi bello auto. Entro a casa y mi padre está riéndose con mi madre mientras le toca el trasero y le dice cosas morbosas al oído que prefiero no escuchar. Mientras que baja mi hermano menor y hace caras y sonidos de asco, provocando que mi madre se sonroje ya que fueron encontrados sobre las manos en la masa, mi papa y yo nos reímos, para que luego mi padre mire serio a mi hermano Nate y el ponga su cara de ángel.

Yo: Deben tener más cuidados, no quiero encontrarme con una escena que rompa mi infancia.... Mi hermano se empieza a reír y i padre me brinda una de sus caras de muerte, que si no lo conociera estuviera siete metros bajo tierra.

Mamá: Vamos niños voy a servir la cena. Ayy que delicias me esperan

Nate: No somos niños. Si solo tiene 15 años. Aunque se ve mayor ya que entrena y tiene un par de tatuajes. Es un amor.

Mamá: Para mi siempre lo serán

Nate: Somos mafiosos, soy un hombre. Papá le levanta el dedo y le guiña el ojo. Mi madre le mira seria y el alza las manos en señal de paz.

Papá: Deja a tu madre ella te dio a luz y para nosotros serán nuestros pequeños mafiosos. Mi hermano solo asiente ya que sabe que si sigue se quedara sin la riquísima cena. Mientras yo corro al comedor como en todas las cenas. Ya que en los desayunos usamos la barra. Mama empieza a servir la cena con ayuda de papa. ¿y cómo le fue su día?

Mamá: solo revisando las cuentas del hotel. Nada nuevo

Nate: las drogas pasaron la frontera, llegaron seguras, y obtuvimos grandes ganancias en el norte.

Yo: Destruí la fábrica y maté a tres hombres los cuales estuvieron consumiendo nuestras drogas las cuales no habían pagado. Después de todo un buen día. Hay casi se me olvida. Padre tengo a ir a una fiesta con Cloe. Y dirán quién es la famosísima Cloe pues es una de mis mejores amigas o la única del grupo, ya que gano mi confianza, pero nadie conoce mi mundo real.

Una princesa de la mafiaWhere stories live. Discover now