✧ : f o u r t e e n

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—No creo que la habitación trasera sea lo suficientemente grande para que pueda trabajar —Jimin echó un vistazo al pequeño espacio. Había una posibilidad de que pudiera funcionar, pero no era lo que quería.

—Me estaba preguntando eso —Seokjin se acercó a su lado—. Quiero decir, hay un gran mostrador que ocupa casi toda la habitación, pero no sé lo que necesitas. La habitación es pequeña y no te deja mucho espacio en medio.

Jimin suspiró. Este era el tercer y último lugar que habían visto. Blackcreek era una pequeña ciudad así que no había muchas opciones. Claro que podría ir más cerca de Denver, pero tampoco quería que su negocio estuviera tan lejos de casa. —Supongo que realmente no pensé en esto cuando empaqué y volví a casa —Negó con la cabeza—. Si buscó mas cerca de Denver, probablemente debería buscar una casa allí también.

—¿Qué? ¿Por qué querrías hacer eso?

—Así no tendría que conducir todos los días. Si ese lugar va a ser mío, no quisiera que estuviera a una hora de mi casa —Jimin cuidaba lo que era suyo, y no se sentía bien que tuviera que estar a distancia para hacerlo.

—Sí, pero tienes tiempo. No es como que tengas que tomar la decisión ahora. Algo más puede venir.

Jimin empujó el hombro de Seokjin. —Siempre tan optimista.

—Te ayudaré a buscar. Encontraremos algo. No tomes decisiones precipitadas.

Se dieron la vuelta para salir. —Es difícil quedarse sentado por tanto tiempo. Solía estar ocupado. Especialmente los días en los que trabajas.

Antes de que Seokjin respondiera, salieron. —¿Qué piensas? —preguntó la agente de bienes raíces.

Jimin negó con la cabeza. —El frente es bueno. Me encanta la vista de la ventana, pero la parte trasera es muy pequeña.

La mujer le sonrió a Jimin. —No te rindas todavía. Definitivamente no lo voy hacer.

Seokjin le dio un codazo. —Sí, eso es lo que dije.

Jimin soltó una risa, y le pidió a ella que lo llamara si es que encontraba alguna otra posibilidad, y entonces ellos se subieron al Mustang de Jimin. Desde el partido de fútbol, ellos pasaron las dos semanas juntos. Jin iba al trabajo, pero cuando no lo estaba, miraban televisión, trabajaban en la casa, o en cualquier otra cosa que ellos pudieran hacer.

Seokjin daba mamadas como si lo hiciera toda la vida, y Jimin estaba agradecido cada día que tenía que ser él quien se la chupara a Jin. La única vez que no dormían en la cama de Seokjin, eran las noches en las que Seokjin trabajaba. Se sentía mal por alguna razón. Cuando Jin estaba en casa, era para que tuvieran acceso el uno al otro. ¿Qué otra razón tenía cuando su amigo no estaba allí? Jimin ya le preocupaba tambalearse en el precipicio; quería mantener las líneas donde él pudiera, no perderse en Jin.

Mientras conducían por la carretera, Seokjin dijo; —Nunca me dijiste porque te mudaste así de rápido.

—Y ahora realmente no quiero.

¿Qué hombre quería admitir que fue engañado? Especialmente, alguien como Jimin, quien debería haberlo visto venir.

—Vamos, viejo. Soy yo quien te esta hablando. Dime. Dijiste allá que realmente no pensaste en tu trabajo, cuando empacaste y regresaste a casa. Lo hace sonar como si fuera un impulso del momento.

Jimin suspiró, conociendo a Seokjin, él no se rendiría en esto. No era del material que estaba hecho su amigo. —Estaba saliendo con este chico–David. Él todavía esta en el ejército y estaba dentro del closet.

Collide ✧ JinMin !¡ MinJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora