Cap 1

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Una noche fría y de lluvia en la ciudad de París, en uno de los barrios mas alegres de ésta ciudad se escuchaba música, de ahí en uno de los salones mas costosos, todos festejaban, pero...¿qué festejaban? Eso nadie lo sabe.

A un par de metros de ahí una detective que terminaría toda su misión, ella estaba lista, camino debajo de la lluvia, un gorro cubría su cabeza al igual que parte de su rostro, un saco negro le llegaba a la mitad de sus piernas, botas largas negras, caminaba segura a su destino pues ahora todo acabaría.

Cuando ella llego a la fiesta entro segura, cubriendo su rostro, se paro a un par de metros de la puerta.

-Señor O'higgins - dice la chica sonriendo viendo como un señor ya grande de edad, con cabello blanco y muy bien vestido volteaba en la dirección de Oyuki- muchas felicidades.

Antes de que alguien dijera algo, ella saco un arma disparando en el centro de la cabeza del señor O'higgins.

¡Pum! - sonó en todo el salón como el arma había sido disparada

Solo fue cuestión de un par de segundos para que todos los presentes comenzaran a gritar asustados y llenos de horror y pánico.

Oyuki giro sobre sus talones guardando su arma caminando de regreso a la puerta de forma segura, pues había terminado su misión.

Saliendo de la fiesta tomo su teléfono y marco el único número registrado.

Timbre 1

Timbre 2

Contestan

- Ya está hecho - sonríe de forma ladina colgando la llamada y guardando su celular.

Llego a una de las paradas de camión, era noche, nadie pasaba, el sonido que se percibía era el de las gotas de la lluvia impactandose contra el frío pavimento y las sirenas de las patrullas a lo lejos, esa fue su señal.

Comenzó rápido a quitar su saco quedándose en la blusa que traía, su cabello se lo acomodo en forma que quedara corto tirando la ropa que se había quitado, total, ya nunca mas la usaría.... O eso ella creía.

Al día siguiente por la mañana.

El día seguía como el anterior, la lluvia había aumentado, el día era gris y triste.
Oyuki se levantó adormilada, la noche anterior fue de las mejores había terminado una de sus misiones.
Talló sus ojos soltando un gran bostezo, se estiro con mucha pereza, no quería hacer nada, pero hoy le era asignada otra tarea, se levantó de su cama, y camino arrastrando sus pies llegando a su armario, saco un pantalón negro, una blusa color blanca de manga corta, su ropa interior y su toalla.

Camino en dirección a su baño, sentía su cuerpo muy pesado, no quería ir hoy a na empresa, pero que más, era su forma de vivir.

Dejo su ropa en su estante al igual que su toalla, abrió el grifo esperando que el agua caliente comenzará a salir, regulo la temperatura y se adentro, comenzó a sentir con el agua caía en su cabeza, deslizándose por su cara, cayendo a su pecho, deslizándose por todo su cuerpo llegando al suelo llendose por la coladera.

Continuo su baño, se estaba relajando, comenzó a ponerse shampoo, enjuagándose y comenzarse a enjabonar su cuerpo, paso el jabón por todo su cuerpo, lo dejo en la repisa y se enjuagó, cerro ambos grifos y paso sus manos por su cabello quitando el exceso de agua, tomo su toalla y seco su cuerpo, cubrió su cabello, comenzó a ponerse su ropa quedando lista, desenredo su cabello, aplicando crema, se puso un poco de rímel y labial, tomo su celular, bolsa y llaves.

Salio de su edificio, ella habitaba en el piso 4 número 32, pulsó el botón del elevador, esperando a que llegara, vio como alguien se paraba a su lado, también a esperar el elevador.

-Buenos días - dijo un señor joven, su tes era aperlada, cabello negro y muy bien peinado, era un poco rizado, su ropa era un traje negro, nunca lo habían visto por aquí

-Buenos días - respondió amablemente la chica.

Narra Oyuki

Tiing

Sonó la llegada del elevador, pase primero y después el, presione el botón de planta baja, observe que íbamos al mismo lugar, pues no había presionado ningún otro botón, fue un momento muy incómodo, pues solo se escuchaba el como se movía, sonó de nuevo, ambos bajamos del elevador, salí del edificio caminando a la avenida que estaba a un par de cuadras de ahí, conecte mis audífonos a mi celular y puse algo de música, llegué a la parada del camión y vi a varias personas esperarlo, todas estaban entretenidas con algo diferente, nadie prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor, un par de minutos vi como el camión llegaba, le hice la parada, subí y pague mi pasaje, vi lugares vacíos y me senté en la parte trasera del camión.

Arrancó y comenzó mi camino a la empresa, tenia que ver que había de nuevo, pues ya no quería hacerlo.

Vi como personas subían y bajaban, vi que estaba mi próxima mi parada, así que me acerque a la puerta dando el aviso que iba a bajar, se detuvo y baje sin ningún problema.

Comencé a caminar a uno de los barrios cercanos, era el mas peligroso de aquí de París, había hombres a ambos lados, me conocían, sabían quien era, por eso no se me acercaban o decían algo, les daba miedo.

Llegue al edificio, era grande, lujoso, pues aquí pagaban muy bien pues era negocio, llegue a la entrada y fui al elevador, presione el botón para el ultimo piso, comenzó a sonar la canción tradicional de fondo, espere un por de minutos hasta que llegue a mi destino y baje del elevador, vi a varios guardias, a todos los conocía, pues trabajábamos igual.

Hice un pequeña reverencia con la cabeza, pues era nuestra forma de saludo, llegue a la puerta mas grande de toda la sala, era alta, estaba hecha con la madera mas fina, tallada suavemente con algunas decoraciones color doradas, toqué la puerta tres veces.

- Adelante - se escuchó la voz de un señor ya grande de edad por dentro.

Tome una de las perillas y las gire, entre a la habitación, sus paredes eran blancas, muebles color chocolate, que se componían de un closet, una sala, un mini bar y la puerta hacia el baño, en el centro un escritorio y la silla color negras, en ella sentada un señor de edad de 78 años, su cabello color blanco, o al menos lo que le quedaba, su barba muy bien cortada, sus lentes negros, él vestía un traje color vino, pues resaltaba pues su tes era blanca.

- El trabajo lo complete señor Wediing - dije firmemente acercándome a él.

Dejó los papeles que estaba revisando y volteó a ver con una sonrisa - Felicidades Oyuki, tú eres la mejor.

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