Epílogo

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Mis ojos están hinchados de tanto llorar, la foto fue por el día de su funeral y el hombre que besaba su frente era su padre, la gente reunida en aquella iglesia lloraba sus votos con la muerte.

Hoy la culpa me invade y, me pregunto, ¿que hice para ayudarle? Nada, esa es la respuesta.

No sirve de nada lamentarse, hoy por hoy pienso en todas las noches de fiesta que tuve, los cuerpos que amanecieron a mi lado. Las noches que pensé en olvidarlo en otros brazos, mientras él se encontraba entre las cuatro paredes de su habitación buscando solo el consuelo.

Mientras yo me divertía, él tenía ataques de pánico y ansiedad. Pero, ¿Quién amo más? ¿Aquel que se aleja por no ser una carga o aquel que siente que aún con mil personas no olvida? Yo creo que ambos, solo que, en cualquier caso. Son estúpidos por no luchar por estar juntos.

Hoy solo puedo decir, te amo Jungkookie, perdóname por romperte el corazón una y otra vez, perdón, repito en mi mente una y otra vez ahogándome en el llanto.

La vez que encontré a Jin, no me dijo nada. Al llegar al café después del incomodo silencio. Solo me miro a los ojos e inmediatamente las lágrimas lo invadieron, supe que había algo mal, entonces le pregunté ¿Qué sucedía? El solo negó con la cabeza y me extendió un sobre amarillo. Lo mire extrañado tomándolo entre mis manos.

Sus palabras aún retumban en mis oídos.

- El dejo esto en su escritorio junto con una nota para mí, en la que me agradecía todo lo que hice por él, pero, me pedía que pasara lo que pasara nunca te enteraras de esto.

No lloro solo porque hoy mi mejor amigo ya no está en este mundo conmigo, sino porque, no puedo y no quiero cumplir su voluntad, él no quería que leyeras esto, pero en ese cuadernillo esta tu nombre escrito por todos lados, así que creo que ese libro, debe estar en tus manos Min.

Al término de ese café se levantó haciendo una reverencia para retirarse.

Yo me quedé un poco más de tiempo, solo mirando aquel sobre.

Tomé mis cosas y salí de ahí.

Caminé bajo la lluvia hasta llegar a casa, abrí el sobre sacando de ahí aquella fotografía.

¿Rosas rojas he?

Siempre te regale rosas. Lo hacía porque siempre te imagine como una de ellas, hermoso y fragante, pero con espinas que te defendían. Mismas que son capaces de herir a quien quiso dañarte aún peor.

Me aferre a esa fotografía tanto como pude, tu piel pálida y esos hermosos ojos ahora yacían cerrados impidiéndome ver el brillo del que me enamore.

Leí cada página de ese diario.

Y a cada palabra me destrozaba aún más que la anterior.

Nunca me imaginé que Kook estuviera pasando por todo eso.

Nunca me dijo nada, me pregunto si...

¿No me amaba lo suficiente para contarme las cosas o simplemente no le generaba confianza suficiente para hacerlo?

Me preguntó ¿Qué hice mal en nuestra relación?

No puedo explicar con palabras como es que me siento justo ahora.

Solo puedo pedirte perdón por no darme cuenta de todo esto, por no mirar bien a mi alrededor y enfocarme solo en mi dolor.

Si quizá hubiera mantenido los ojos bien abiertos, hoy estarías a mi lado amor mío.

Pero, ¿Qué digo? estas a mi lado, estás conmigo, te llevo en todo mi ser...

Limpio las lágrimas que sale de mis ojos de forma inconsciente al terminar de leer aquellas hojas, me aferro al cuadernillo abrazándolo como si mi vida dependiera de ello.

The five stages to overcome meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora