SIGLO XX: Cien años después...
1935. Dentro del bar Jacksons.
La multitud no paraba de gritar en regocijos, los pequeños grupos de mesas contaba con varias botellas de cerveza, embriagados hasta el punto de reírse entre todos sin saber quiénes eran, aunque en un pequeño rincón, dos borrachos discutían sobre la mujer más bonita.
— ¡Quee.. es Jeessyca!
— ¡NoOo! ¡Ess Evangeliiinee!
«Idiotas»
Un hombre robusto de traje negro con sombrero de copa entraba a aquel bar, tenía los bigotes refinados, guantes blancos posando sobre un bastón, sus ojos negros como el abismo, y su piel pálida como la nieve, su presencia hacía que resonara en aquel pequeño bar. La pregunta de todos, ¿Que haría un hombre adinerado en ese miserable lugar? La respuesta más simple a esa pregunta era un típico "no sé" "muerte" "peleas". El sonoro bar se fue convirtiendo a escasas palabras y susurros entre sí.
Este hombre iba acompañado de un joven de aspecto sereno, con las mejillas rojas, una cicatriz pequeña en la frente en forma de cruz, sus nudillos ensangrentados y colorados como un tomate, se veía alrededor de unos 17 o 18 años, siguiendo al hombre robusto como un conejillo de indias mirando fijo a la nada, hipnotizado por su acompañante, vestía un traje gris con rastros de sangre y sudor en la cuellera de su camisa, su ropa rasgada y cubierta de manchas, en su cuello una cinta negra que significaba que era propiedad del señor que acompañaba, o más conocido con el mundo oculto, vendido al mejor postor por magia.
El cantinero Jack secaba algunos tarros, muchos decían que su expresión seria nunca cambiaba, parecía de unos cincuenta años aproximadamente, siempre llevaba su traje de cantinero manteniendo la postura, buscaba las soluciones antes de que alguien causara problemas en su bar. Dejó el tarro sobre la mesa y le sirvió cerveza de barril, para luego subir su mirada hacia el hombre robusto, porque ya intuía que un problema más se acercaba. — La casa invita. — dijo el viejo Jack acercando con delicadeza unos centímetros delante de él para luego tomar otro tarro y secarlo. El hombre robusto ladeo una áspera sonrisa con los ojos entrecerrados, avanzó hacia su dirección seguido del joven hipnotizado y se sentó sobre una de las banquillas en frente del tarro de cerveza. Sujetó el aza y lo alzó hasta la barbilla, y antes de beber mira al cantinero con un asentimiento de cabeza para luego darse el lujo de la bebida gratis.
«Empecemos la acción...»
Un quejido sale de su boca al ver el tarro vacío y se tambalea hacia la barra del cantinero para luego chocar con fuerza con el hombre robusto haciendo que soltara el tarro y se rompa en pedazos contra el suelo.
— Uppss... perdoon...— dijo tambaleándose y colocar el tarro delante de el cantinero para que sirviera más— ¡Quiero más! — éste era un hombre medio no tan alto, fornudo y pelo color rojo castaño para luego mirar al hombre robusto, que a la vez se había ya parado de su banquilla alisando su traje, sin decir una palabra se volteó furioso y con una señal al aire decidió ir a la entrada del bar . Un puño ya había cruzado la distancia que los separaba para estrellarse con la mejilla de aquel borracho, aquel acto era del joven que seguía al hombre robusto, nuevamente mirando a la nada siguiendo órdenes, pero sus acciones involuntarias lo hacían ver como un títere, sin vida y sin alma.
El borracho aturdido al sentir el golpe, apretó los dientes conteniendo el dolor, y con una sonrisa de triunfo susurró. — Por fin. — dos segundos habían pasado cuándo puso la mano en su hombro de aquel hipnotizado para que el puño del supuesto borracho fuera disparada contra su estómago y hacerlo volar contra la pared.
El golpe había dejado inconsciente al títere del hombre robusto, que a la vez ya se encontraba en la entrada del bar mirando con frustración la escena. Una pequeña luz blanca iluminó el cuello del joven hipnotizado, lo que antes era negro se fue pintando de blanco. El asombro del hombre robusto lo había dejado con la boca abierta, retrocediendo de a poco se fue rápidamente del bar.
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Hijos de la Muerte ~
RandomKathya, bruja de la tormenta, una nena de 6 años es enviada a otro mundo paralelo para buscar a los portadores y salvar su mundo. Pero lo hace 100 años después, que la detuvo por tanto tiempo para buscar la solución y salvar a sus amigos? Abraham...