Capítulo III

3.7K 392 30
                                    

Sabía que no tenía derecho a la cena y se arrepintió de no haber tomado dos piezas de pan en el almuerzo en vez de una.

Pero mañana podría hacerlo y guardarlo para comerlo luego en su habitación. Miró el reloj de la pared en el comedor para darse cuenta que ya eran las siete de la noche y él llevaba una hora esperando al pelinegro. Tampoco se volvió a topar con Luna, ella podría ayudarlo, aunque no se confiara del todo.

Una risa escandalosa en el pasillo lo hizo levantarse de su asiento. Era él, sin duda. Se apresuró para alcanzarlo ya que el sonido se alejaba. Al salir al pasillo lo vio caminar risueño del brazo de un hombre en traje, bien vestido. Se puso nervioso ante la presencia de alguien más.

Sus pasos se hicieron lentos y los siguió. Estaban yendo en dirección al bar y él tenía prohibido el acceso a esas horas. Se quedó observando desde la distancia y desvió la mirada cuando comenzaron a besarse. ¿Ese sería el novio de Heechul? Se veía bastante elegante e imponente, aunque su mirada estaba lejos de serlo. Si ese hombre tenía mucho dinero, lo que decía Luna era verdad. Sólo bastaba con tener a un hombre así en sus manos y podría conseguir lo que sea.

Pero él no sabía conquistar, ni siquiera se consideraba atractivo o coqueto. Se llevó las manos al rostro y lo frotó. Iba a ser más difícil de lo que pensaba. Él no podía simplemente insinuarse a alguien, o hablar con cualquiera sin avergonzarse y ponerse rojo. Estaba claro que nadie iba a querer acostarse con un mocoso inexperto. Hizo un puchero con sus labios.

Además ¿Cómo sabía que tenía que ser un hombre?, también podría conquistar a una mujer. Aunque hasta ahora no había experimentado atracción por ninguno. En el caos que era su vida, no había tenido oportunidades para explorar su sexualidad.

Se estaba comenzando a frustrar y tenía ganas de llorar. Suspiró para alejar las lágrimas que se le acumulaban en los ojos. No era una situación en la que pudiera elegir otra cosa. Sus padres lo habían entregado a esos hombres, debía pagar la deuda, pero no quería que le llevase tanto tiempo. La solución estaba ahí justo en sus ojos, sólo era cuestión de tomarla.

Era cuestión de aprender.

—¿Qué haces ahí?

Se sobresaltó cuando escuchó la voz del pelinegro. Jugó con sus dedos antes de decidirse a hablar.

—Te es-estaba esperando —se mordió el labio inferior.

—¿Si? —Donghae asintió efusivamente. —¿A qué se debe? ¿Te han tratado mal?

—¡No! —extendió sus manos hacia el frente, — todos se han portado bien conmigo.

—¿Entonces? —observó el pie de Heechul dar toquecitos impacientes al suelo, seguro tenía cosas que hacer y él lo estaba retrasando.

—Quiero hacerlo —soltó y el calor le inundó el rostro. No se atrevía a mirar al otro.

—¿Exactamente, qué?

—Eso...yo...Luna dijo y necesito —respiró, odiaba ponerse nervioso —necesito el dinero.

—Creo que entiendo. Hay varias cuestiones que tenemos que hablar antes de. Ven.

Donghae lo siguió de regreso al comedor. Observó la manera en la que caminaba, como si fuera el dueño del lugar y seguro de sí mismo. No quería ser como él, era demasiado pedir. Ocuparon la mesa habitual de Heechul.

—Bien, Donghae. Debes estar completamente seguro de lo que quieres hacer —asintió como respuesta, no estaba seguro, pero es lo que había —, lo más importante de todo, eres virgen y tenemos que hacer algo al respecto. ¿Te atrae alguna mujer u hombre?

《EunHae》Burning in the HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora