We deserve a happy ending. •STARKER•

I love y...

"Así que... Dónde se supone que debías estar?"

Peter tomó su algodón de azúcar y agradeció al vendedor. Tony sonrió al verlo con la nube rosa en medio de toda la cara. Lo adoraba de una manera que le aceleraba el corazón, pura, completa y bella devoción sacudía sus viejos huesos.

Peter era adorable por completo.

"Una excursión al MoMA."

"Seguro sería aburrido."

Peter abrió la boca, indignado.

Estaba lo suficientemente encolerizado como para golpearlo en su bello rostro, pero tuvo que tragar aire a grandes bocanadas.

"No iba a serlo. Para nada! Me encanta el condenado arte moderno. El hecho de que tú me hayas obligado a estar aquí..."

"Hey, arañita. Si quiero que estés aquí es porque es la única vez en mil años que estás libre! No veo tu lindo trasero por el complejo casi nunca."

"Perdón por estar ocupado salvando al mundo. Soy un vengador ahora."

Tony negó, colocándose frente suyo y metiendo sus manos en los bolsillos de su sudadera negra. Peter le sonrió pícaro, eso lo había sacado de tanto estar con Tony.

"Teóricamente no eres un vengador si yo no te dí mi bendición. Que los demás hayan votado en pro no hace diferencia."

Peter rodó los ojos, dando un gran mordisco a su algodón de azúcar, sintiendo la nube rosa derritiéndose en su lengua.

"Anthony, hemos hablado quinientas veces sobre esto. Soy un vengador. Punto. Tengo misiones. Punto. Eso no hace que te ame menos o que no me moleste cada vez que tengo que alejarme. Si tan sólo me apoyaras en esto..."

"Apoyo? Estás hablándole al rey del apoyo! Quién demonios confió en tu joven trasero cuando nadie lo hacía?"

Peter volvió a caminar, pasando a Stark y sonriendo. En serio se había quejado de no haber asistido a la excursión, pero ahora, con el suave cielo azul cubriéndolo y Tony Stark a su lado, sin duda estaba feliz.

Es que Peter no podía estar enojado con Anthony más de cinco minutos, y sucedía lo mismo con el mayor, no soportaba estar lejos del chico o enojarse con él (aunque a veces se lo mereciera), prefería lidiar con el método de los castigos en la cama en vez de la ley del hielo.

"Tienes una extraña fijación por mi trasero. Y no cambies de tema. Quiero salir a misiones contigo pero tú siempre te rehúsas."

"Porque no entiendo cómo estás tan tranquilo arriesgando tu vida con la bola de ineptos como Rhodes o Maria Hill en vez de estar follando conmigo en el complejo."

"Ya no soy un niño."

"Eerhhg! Respuesta incorrecta! Eres mío, mi niño, mi bebé, y te necesito más que nunca. Vivo."

Peter se perdió en los ojos miel que lo miraban, pero se obligó a carraspear y alejarse, tirando la bolsita y el palito del algodón de azúcar en un basurero.

Tony seguía el movimiento de sus caderas hipnotizado, dándose palmaditas mentales por haberle comprado ese jogger que le delineaba las piernas. Peter le dijo que era muy impráctico para salir a correr pero no le importó.

"Anthony..."

"No. Acaso sabes lo que es perderte durante casi cincuenta años de tu vida y luego encontrar a alguien que te salva del puto abismo? Tengo que proteger lo único que me importa en este mundo, y eso, Pete-pay, eres tú, por si no te has dado cuenta."