2016: Republica Dominicana III

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Él entró al lugar.

Ustedes se preguntarán ¿quién?

El chico nuevo del vecindario.

Estaba muy nerviosa honestamente pero no lo iba a admitir así que pagué lo más rápido que pude ignorando la sonrisa pícara de mi prima y salimos del el lugar.

Entre unas cuantas burlas de mi prima y una que otra charla decidí ir a casa ya que estaba anocheciendo.

Mis padres aún no habían llegado a casa y ya eran las 8 de la noche, gracias a Dios me encontraba en la primera planta de mi casa donde mis abuelos vivían y opté por ir a la habitación de mi abuela ya que era muy cómoda y podía ver televisión en paz, sin niños correteando o chicas preguntonas y manipuladoras.

Era yo, mi espacio y en ese momento Austin & Allie (una serie en Disney Channel)

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-El primero que corra es un idiota- dice Sebastián tratando de ganarme en la carrera.

-Se dice el ultimo llegar es un idiota, estúpido- lo corregí.

Sí, de esa manera nos mostramos nuestro amor... que adorable somos ¿no?

-Yo ganaré- hizo una mueca de burla.

¿Burla? ¿¡BURLA?! Ningún niño de 6 años se burla de mi sin mi autorización, le enseñaré quien es estup...

Un extraño sonido me interrumpió mis pensamientos, era mami tocando la puerta para entrar. ¿Y la llave, para cuando? Ósea acaso ella no podía imaginar que yo estaba apunto de ganarle un juego a su modesto hijo. Evidentemente no lo hacía.

-Estoy ocupada ahora- dije mirando a Sebastián

-Como que ocupada, ven a abrirme la puerta, oh oh- exclamó con un tono enojado.

¡Agh! Todo yo, ¿Laura que? miro hacia la sala tratando de ver donde estaba y la vi sentada usando el celular.

Ah... eso lo explica todo.

-Tú y tu vicio se atreven a dejar a mami afuera, Cavernícola- dije mientras fruncía mi ceño, pero como era de esperarse ignoró mi comentario y siguió tecleando su teléfono.

Me imagino lo que estará escribiendo "pues si Luz Mariel entonces esa muchacha nunca en su vida se cambia esos zapatos es una promesa que tiene que no lo suelta" solo imaginar aquella patética conversación me hacía querer lavarle el cerebro a mi hermana.

Así que como siempre hice algo por la patria... le abrí la puerta a mi madre.

¿No soy una ternurita? Por supuesto que sí.

Mire a Sebastián que se encontraba jugando con sus juguetes de Iron Man y los Avengers. Honestamente no sé qué le resultaba de emocionante golpear a sus muñecos entre sí.

Así que decidí dejarlo jugar.

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-¡DAME EL CONTROL!- Grité enojada arrebatando el control de las manos de mi hermano.

-¡NO!- Forcejeó tratando de quitármelo.

-¡TU LO USASTE HACE UN RATO, ES MI TURNO, SEBASTIÁN!

-¡YO NO HE VISTO NADA!

-¿Y ENTONCES QUIEN ERA QUE VEÍA TELEVISIÓN?- Seguí batallando para conseguir usar el televisor.

-¿Y esta voceadera aquí, que pasó?- entra mi padre a la habitación.

-Sebastián que no me quiere dar el control, el tiene todo el día jugando y viendo la televisión y ahora que yo la quiero usar también el la quiere usar- le expliqué.

-MENTIRA, PAPI- Exclamó Sebastian haciéndose la victima.

-Mis hijos- Tiró un suspiro Daddy. -Tienen que aprender a compartir.

Y ahí viene, la lección de vida que en verdad yo no quiero escuchar... ya se como terminara todo, yo enojada e histérica así que opté por lo mas simple...

-Ay si, ya yo no quiero ver nada- Dije mientras me levantaba de mi cama para ir a usar la computadora que estaba en la sala -mejor usaré la computadora.

-¿La computadora?- dijo mi hermano mientras salía corriendo a cogerla antes que yo.

Miré a Daddy y el solo se limitó a sonreír.

-Y luego me preguntas por qué me enojo tanto con el- lo mire de mala manera y me limité a ver televisión.

Me molestaba mucho que mi hermano siempre quisiera hacer lo que yo quería hacer, era muy incómodo; no tenía mi privacidad y eso me empezaba a molestar y mucho.

Sin mirar atrás Donde viven las historias. Descúbrelo ahora