Capítulo 3

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—Señorita Midorya él es su padre el señor Tadashi Kojima presidente de la junta directiva del gobierno dueño de la compañía Lenuxs, cabe agregar que también es uno de los invercionistas más exitosos del mundo poseyendo así más de la mitad de las acciones de— presentó Hisashi siendo interrumpido.

—Basta de titulos. En este momento solo soy tu padre mi pequeña esmeralda— dijo mientras tomaba el pasmado rostro de la peliverde acunandolo con las manos. —Veo que has crecido Izu al parecer tu madre si te alimenta bien— y ahí estaba la misma sonrrisa de izuku pero esta vez en su padre.

La pecosa no lograba articular ninguna palabra mucho menos hacer marchar su mente de lo sorprendida que estaba.

—Oh si, Hisashi por favor devuelvele los recuerdos a mi hija— se apartó de ella para mirar al nombrado.

—¿Todos señor?

—No quiero ningún espacio en blanco en su memoria Hisashi.

—¡Espere señor!— interrumpió Akemi algo incómodo —hay varias cosas que será mejor que no recuerde.

—¿Como cuales?— cuestionó el pecoso con intriga.

—Izuku a presentado varias cosas un poco sádicas, como descuartizaciones muchas muertes llenas de sangre y cosas parecidas.

—¡Oh! pues esa ya no sería mi elección, Izuku esmeralda ¿qué prefieres tú?— dirigió se mirada hacia la pecosa.

—¿Yo?— pregunto aún en su pequeña estado de trance.

—Si, ¿que prefieres? ¿Lo omitiras o no?

—Creo que quiero recordarlo todo.

—Bueno, no me hago cargo de futuros traumas— suspiro Akemi y se marchó.

—¿Señorita Midorya está segura de eso?— indagó Hisashi.

—Si segura— contesto está vez más decidida que antes.

¿Qué cosas tan malas pudo a ver visto antes? Pero si de algo estaba segura era de que si quería ser un héroe tenía que poder soportarlo todo, no tenerle miedo a nada, ser valiente al igual que All Might.

—Con su permiso señorita Midorya.

El castaño acerco lentamente la mano esperando la autorización de la pecosa, esta sólo asintió para dejar reposar la mano del contrario sobre su frente. Se tenso al sentir el ligero roze de sus dedos sobre su cabello a la espera de lo que sea que sentirá.

Esta vez comenzó a sentir como la fuerza se esfumaba  de su cuerpo, sintió como los párpados se hacían pesados cada vez más obligándola a cerrarlos del mismo modo el cuerpo dejo de obedecerla perdiendo el conocimiento de todo se desmayó, cayendo en los brazos de Hisashi que la sostenía firmemente para evitar su llegada al suelo.

—Está hecho señor— informó Hisashi con su típica voz llena de formalidades.

—¿Cuántas veces te he dicho que me llames por mi nombre?— se quejó con desanimo el pecoso —y por favor tuteame me hace sentir viejo el que llames por "usted".

—De acuerdo señor Kojima.

El pecoso rodeo los ojos a estas alturas el sabía que era imposible cambiar el comportamiento tan correcto de aquel hombre. No le desagradaba en absoluto solo le hacía sentir como si no existiera la confianza entre ellos.

—Damela, la llevaré a su cuarto. Es todo por hoy descansa Hisashi, sé que debió gastarte mucha energía regresarle todos esos recuerdos— el pelinegro tomó a su hija en brazos y la cargo tal princesa solo que esta comenzó a roncar sacándole una sonrisa llena de cariño a su padre —Gracias.

[Jueves Negro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora