Prólogo

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Han pasado dos semanas desde la muerte de mi padre y el escuchar a esas personas decir que fue lo mejor para lograr la paz sólo me enferma más.

—Midorya Izuku, se le acusa de secuestro y homicidio. ¿Algo que quieras objetar?

—¿Era necesario todo esto?— pregunté mientras movía el pesado metal que apresaba mis manos, era del mismo modelo del que llego a utilizar Katsuki en el torneo solo que esta vez tenía una esfera el la punta —Vamos, ¿No les basta con tener a Aisawa mirándome?

—Eres un potente peligro para todos aquí adentro y no queríamos correr el riesgo de darte la oportunidad de matarnos a todos.

Habló el hombre con calva que se encontraba sentado a unos sólos metros de mi.

—No sabía que me temían a ese grado— ladie la cabeza hacia atrás para despejar el cabello que caía en mi cara.

—Midorya Izuku aquí frente todo el jurado y en representación de la ley te sentenció a muerte— golpeó con su maso haciendo que todos rompieran el tenso silencio.

Maldije por lo bajo al recordar la muerte de mi padre. Mire al juez que se encontraba sentado en medio de la mesa semicircular junto a todos los héroes profesionales. Pero mi desagrado aumentó al conectar mis ojos con aquellos ojos heteroctomaticos, Shoto Todoroki mi antiguo amante, solo que esta vez no pude descifrar lo que había en ellos como solía hacerlo.

—¿No se suponía que esto era un juicio? ¿Sabe cuánto gaste en esa bola de abogados inútiles para que usted no me deje siquiera defenderme?

—A estas alturas no hay nada a su favor señorita Midorya. Se acabó y lo mejor será que acepte pacíficamente y espere al día en que se concretará su pena de muerte.

—Yo decido cuando esto se acabe— pronuncie al sentir la furia consumirme.

—No hay nada que intentar, ¿Qué no ve su derrota?— hablo uno de los héroes del momento, Iida Tenya. —Está rodeada por los héroes más poderosos de todo el mundo, no saldrás de esto viva.

—Sabía que esta mierda no era más que una sentencia de muerte.

—Entonces ¿Porqué no escapaste cuando pudiste?— interrumpió Shoto.

—Porque yo jamás huyo. Además tenía que reenmendar ciertas cosas.

—¡¿Haciendo que te maten?!— rodé los ojos al notar lo ingenuo que era Shoto.

—Shoto mi amor se ve que no conocen a una mujer por completo, no los creía tan idiotas— mire detenidamente la corte y me sorprendí al no notar ninguna mujer presente.

—¡Basta de charlas!— golpeó con su maso la mesa el juez —¡Midorya Izuku pasarás el resto de tus días bajo prisión y no habrá nada que puedas hacer para evitarlo! ¡Llevencela!

—Yo no diría eso— mire al resto de los héroes profesionales sintiendo náuseas al ver tanta porquería junta —Me duele el saber que me subestiman de esa manera pensando que me tienen por completo.

De un momento a otro sentí como la larga bufanda de Aizawa rodeaba mi cuello apretandolo dejándome sin aire.

—¡Aizawa alto!— irrumpió mi amado Shoto.

—Da igual donde muera.

—Vamos matame, al igual que lo hice con Toshinori.

—¡Todo el mundo detengase!— gritó el juez al mirar como Shoto comenzaba a congelar el estrado.

De inmediato sentí el aire volver a correr por mis pulmones haciendome toser.

—Será mejor que terminemos esto rápido, no quiero que alguien salga herido.

—Pienso lo mismo Tenya— dije mientras recomponia mi voz. —Pero tampoco puedo dejar las cosas como están. Y no pienso dejar que salgan de aquí por completo.

Las ventanas comenzaron a cubrirse de acero dejando con poca iluminación el lugar mientras la puerta era tapada por completo por una gruesa capa de metal.

—¿¡Pero que demonios!?

—Estoy arriba de ustedes, siempre lo he estado— señale el techo.

Como lo planee por las ventilas comenzó a entrar humo verde inundando todo el salón con nosotros dentro.

—No hay lugar donde esconderse ahora.

Todos comenzaron a torcer por la nociba capa de humo que comenzaba a asfixiarlos sin piedad alguna dejándolos sin fuerza, sin poder derrotarme.

[Jueves Negro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora