Harry Potter y la Nueva Esperanza

Capítulo 32

*Lumus*

Harry Potter y la Última Cruzada

-CAPÍTULO 32-

Harry estaba en la biblioteca mirando  un libro sobre pociones que había encontrado cuando escuchó que la puerta principal de 12 Grimmauld Place estaba abierta. 

Unos segundos después, oyó el ruido de algo que se estrellaba contra el suelo y despertó el retrato de Walburga Black. La imagen mágica enojada comenzó a gritar obscenidades tan fuerte como pudo a quien fuera que había entrado.

"¡Cállate, vieja bruja!" Harry escuchó una voz familiar gritar de nuevo. 

La Sra. Black, por supuesto, no cumplió con la orden pues continuó gritando. 

Harry se levantó y salió de la biblioteca justo a tiempo para ver a Tonks caminando por el pasillo todavía mirando enojado por el retrato. " Harry. Mira a quien encontré". Tonks dio un paso hacia un lado para revelar que Hermione había caminado detrás de ella.

"¡Hermione!" Harry dijo mientras se apresuraba a saludar a su amigo. "¿Cuándo tu volviste?"

"Solo ayer." Respondió Hermione. "Gracias por traerme, Tonks".

"No hay problema." Tonks respondió. "Sirius pensó que Harry agradecería tener a alguien cerca para molestarlo ya que no está aquí".

"¿A dónde fue Sirius?" Pregunto Harry "No tuve la oportunidad de preguntarle antes de que se fuera esta mañana. Parecía que tenía prisa".

"Un par de gigantes destrozaron un pequeño pueblo en Yorkshire anoche. Los Aurores no llegaron a tiempo para detenerlo, solo para tratar de ocultarlo de los muggles". Tonks explicó. "Sirius, Dumbledore y algunos otros intentaron averiguar por qué atacaron los gigantes. Usualmente se mantienen alejados de las áreas pobladas. Dumbledore parece pensar que tu-sabes-quién ya ha empezado a alentar a los gigantes a que hagan furor. Usted puede realmente no controlas a los gigantes, pero puedes enojarlos y apuntarlos hacia algo que quieres que destruyan ".

"¿Esto pasó la última vez, también?" Preguntó Hermione con curiosidad.

"Claro que sí". Tonks respondió asintiendo. "Por suerte, no hay tantos gigantes alrededor, e incluso menos que están dispuestos a venir a Inglaterra a pelear. Pero habrá algunos. Y a menos que no haya absolutamente ninguna opción, debes correr cuando te enfrentes a un gigante enojado. Esos tipos son casi tan difícil de derribar como los dragones ".

"No hay gigantes aquí, Tonks". Dijo Harry. "Estaremos bien".

"Sí, lo dices ahora, pero ¿qué vas a hacer cuando uno salte del armario hacia ti?" Tonks preguntó, sonriendo. "Ven a correr hacia mí, eso es lo que está bien. Bien, tengo que irme al trabajo. Ustedes dos intenten mantenerse fuera de problemas, o al menos no me culpen si se meten en ellos".

"¡Gracias de nuevo, Tonks!" Dijo Hermione. La Auror, ahora de cabello púrpura, sonrió y se despidió con un ademán mientras dejaba la casa y Harry y Hermione se iban. Una vez que se fue, Harry miró a Hermione y vio que su sonrisa había sido reemplazada por una mirada de preocupación y tristeza.

"¿Hermione? ¿Estás bien?" Preguntó Harry inseguro. Hermione respondió abrazándolo y comenzando a llorar.

"¡Lo siento mucho, Harry!" ella empezó. "Escuché lo que le sucedió al profesor Lupin. Solo puedo imaginar cómo debes sentirte".

"Está bien, Hermione." Harry le aseguró mientras se alejaba del abrazo para poder mirarla a los ojos. "Todos seguimos tristes, pero sabemos que Lupin no querría que lo lloráramos por siempre. Todavía golpea a Sirius con mucha fuerza, pero lo está haciendo mejor cada día".