Games

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Folle y bebí toda la noche,
hice todo bien.
No tuve que pelear.
Échame lejos,
juega estos pequeños juegos.
Actúa bien.

El tabaco corría por los aires. Se sentía bien. Incluso con los sollozos de esa perra el aura se sentía más que excitante.

Sus ojos se abrieron para mirar una vez más el panorama. Las cortinas estaba abiertas en su plenitud los objetos acomodados a tal perfección y la limpieza era de admirar.

La verde mirada se colocó en el único objeto que desenfocada en el lugar. Una sonrisa salió de sus labios.

— Has estado muy callada Matilda.... ¿No piensas disculparte por todo lo que provocaste? —

Esa barata ramera ni se llamaba de esa forma, pero eso no le importaba a él. Mujeres y hombres van y vienen en su vida. ¿No es así?

Se levantó de su asiento con lentitud, y con gracia escucho el tintineo de los dientes de Matilda.
Le gustaba esa vista, el temor puro que le mostraban a él. El punto más profundo de la vida de las personas. Él era digno de provocarlo y admirarlo.

Sus pasos comenzaron a sonar mientras se acercaba a esa ramera. No, nadie salía de sus juegos.

Esa mujer de pelo castaño si que lo había jodido. Incluso le dio esa emoción de adrenalina al sentir sus talones pisados por los agentes. Tenía que agradecerle por darle diversión.

Cuando estuvo tan cerca de ella, se inclinó hasta estar a la altura de su rostro.
El olor del tabaco siendo consumido en ese instante era más fuerte. El aroma y en la forma que salía de la boca de la castaña lo hacía delirar.

Su mano se colocó en el cigarrillo sacando lo de los labios de la mujer. Nuevas lágrimas salieron de ella.

— Eres lista.... fuiste la única que les dio con exactitud la ubicación... oh Matilda si tan solo hubieras cerrado la boca.... —

El cigarrillo que aún tenía en sus dedos giro con rapidez, para caer sin emoción alguna en la mejilla de la castaña.
¡Espera! Ahora que lo recuerda si se llamaba Matilda. Qué giros de la vida~...

El grito femenino rompió el aura. Cada uno de sus huesos temblaron ante el grito. Disfrutando la sensación de placer que le dejaba.

Se reincorporo con rapidez para encajar su zapato en el estómago de la chica. En cuestión de segundos su grito fue remplazado por una tos de desgaste.

— Por cierto, tengo un presente para ti, con todo el amor que ambos nos tomamos. Por este tiempo que estuvimos jugando, por todas esas noches que estuvimos juntos....—sus palabras salían con burla e ironía— Por darme diversión... —

Enredo sus largos dedos en la cabellera de la castaña, dando un jalón de ellos, levantando con dureza el ahora horrible rostro de Matilda. Sus sollozos ahora era sin sonido alguno por el miedo que calaba en su maltratado cuerpo.

Mientras que él, lo disfrutaba cada segundo.

— Seras la única digna de verme... ¡Ta-da! —con rapidez desprendió la cinta negra de los párpados de la mujer. Está parpadeo con rapidez al sentir la luz golpear sus pupilas.
Sin duda era un horrible presente. Admiro con horror el rostro de él. Sus ojos de color esmeralda calando le los nervios.
Un grito de terror salió de sus pintados labíos, ganándose una carcajada de su captor.

— ¡Ah.. que te impresione Matilda!¡Me gustan tus gritos de perra barata! Pero te voy ayudar en algo, esa boca ya no me causará problemas.... Te lo aseguro —

TwistedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora