Capitulo 2.

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Tomo mi café mientras reviso el teléfono, tengo una llamada de Tomas y veinte de Melisa, borro las de mi ex y le devuelvo la llamada a mi suegro. Cuando cuelgo la llamada con mi socio vuelvo a ver que tengo otra llamada de Melisa, miro mi teléfono mientras pienso en que puedo hacer para quitármela de encima. Dejo el celular en la isla y dejo mi taza en el fregadero cuando Melisa vuelve a insistir. 

- Que necedad la tuya Melisa. - Sueno cansado de que esta mujer me siga insistiendo en que nos demos otra oportunidad. - Tengo demasiadas llamadas tuyas y muy poco tiempo y paciencia para aguantar alguno de tus berrinches. 

- Si me cogieras el teléfono a la primera no tendría que llamarte tanto y no haría mis berrinches como los llamas. 

- Me vas a decir que quiere o solo me has llamado tantas veces para sacarme de quicio. - Mi tono es de todo menos conciliador. 

- Te llamo para que me expliques que es eso de que te has casado con una niña de dieciocho años.- Su voz pasa de muy enojada a entrecortada y entiendo que ahora va a soltar uno de sus teatritos de lagrimas. - Pensaba que me ibas a esperar, que ibas a considerar mi propuesta de volver a estar juntos... He cambiado, dame otra oportunidad. 

- Melisa no te hagas esto por favor, lo nuestro no va a volver a funcionar... Ya no te amo y no estoy dispuesto a soportar tus celos injustificados. Nunca mas me oyes.  

- Dime algo ¿estas enamorado de esa niña con la que te has casado o solo es un capricho y por eso me dices eso?. - Melisa es muy testaruda y no entiende un no por respuesta. Pero para que ocultarle información. - Contéstame. 

- Estoy muy enamorado como no lo he estado de ti. - Hay tiene la respuesta a un que le duela. A ver si así se da por enterada. - Desde que volví a verla hace tres años, después de nuestro viaje por las Vegas. 

- ¡Es una niña, Jorge por Dios en que estas pensando!. - Vuelve a sonar muy enfadada y esa es mi señal para colgar la llamada.  

- Tengo cosas que hacer Melisa. - No doy tiempo a que mi ex me replique cuelgo la llamada y salgo de la cocina. 

Entro en la recamara para coger mi chaqueta y no veo a Ana metida en la cama, supongo que seguirá con resaca después de la borrachera que se pillo. Escucho quejidos desde el baño y sospecho que esta vomitando, le dejo un par de pastillas y un vaso con agua antes de salir del departamento.

Llego deprisa al estudio que tiene mi hermana para recoger los diseños que me prometió hacer para la empresa. Es muy buena en su trabajo, el diseño grafico es su pasión y lo demuestra con cada gran diseño o dibujo que hace. Adriana me tiene esperando unos cuantos minutos antes de entregarme mi pedido ya que esta con otro diseño para otro cliente, cuando me lo entrega no puedo sentirme mas orgulloso de mi hermana, tiene mucho talento, demasiado diría yo. 

Entro en el despacho de Tomas que esta hablando por teléfono con su esposa, me quedo de pie a una distancia algo prudente para no molestar, saco de mi maletín los distintos diseños que mi hermana a echo y se los dejo en su mesa a un lado de una carpeta amarilla. 

Al salir entro en el despacho que era de mi padre, todo esta igual que cuando estaba aquí. Echo un vistazo, cuando mi hermana y yo veníamos aquí con nuestra madre me quedaba viendo este enorme despacho que llamaba mi atención. Miles de recuerdos y conversaciones se agolpan en mi mente y de repente viene la ultima conversación que tu vimos y todo lo que paso después.

- No puedes decirme que has decidido estudiar otra cosa que no sea empresariales como lo hice yo. - Su mirada es de autentica decepción. - Por algo Tomas me dijo que fuera comprensivo contigo, ósea que mi único hijo varón no va a seguir mis pasos y se va a meter a estudiar publicidad.

Casados por un contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora