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Otro monótono y rutinario día en la vida del gran Hechicero Supremo se efectuaba. Dicho individuo se hallaba levitando en la biblioteca mientras mantenía la mirada fija en el gastado, pero maravilloso libro que sostenía entre sus manos. El insistente golpeteo de la puerta lo sacó de su burbuja de concentración, paz y lectura.

-Adelante -pronunció sin querer levantar la vista.

- Strange llegó una carta para ti.

Su sorpresa fue obvia, él no acostumbraba a recibir ningún correo. Cerró el grueso volumen y bajó a recibir la carta.

- Gracias -pronunció extrañado y con la vista ahora fija en aquel papel mientras cerraba la puerta completamente absorto, Wong ni se inmutó, si no, como dictaba su rutina después de revisar el correo fue a buscar algo que comer a la cocina.

Se sentó a revisar la carta entre sus largos y temblorosos dedos. El sobre era rojo, no tenía estampilla, tampoco sello y aún menos remitente, solo estaba esctito con tinta negra su nombre y la dirección del santuario, intrigado abrió el sobre y de este sacó una hoja de papel blanca, en la que pudo leer lo siguiente:

Querido animal:

Por medio de esta carta quiero informarte algunas cosas raras que me estan ocurriendo por tu culpa y considero esto tan relevante que incluso me he tomado la molestia de hacer una lista para facilitar tu comprensión de este gravísimo asunto.

Quiero que sepas que:

1.- Al ver tu horrendo rostro sonrrio como idiota y supongo que eso se debe a que eres tan feo que me causas risa.

2.- Al pensar que voy a verte o cuando te veo a lo lejos y se que vienes hacia mi, mi corazón se acelera, mis manos sudan y me vuelvo un saco de nervios y tal vez es por que eres tan feo que hasta miedo me das.

3.- Al oír tu voz o al recordarla siento una enorme necesidad de suspirar una y otra vez, obvio esto ocurre por que prefiero escucharme hacer algo tan simple como suspirar en lugar de oirte.

4.- Que cuando te miro a los ojos me pierdo en ellos, el tiempo se detiene volviendose insignificante y siento que estoy en otra dimensión donde solo existe tu mirada bicolor, ahora ya se que truco ocupas para hipnotizar a la gente y robarle sus carteras o convencerlos de que eres bueno con los niños y la globoflexia.

5.- Al estar a tu lado o al recordar los momentos que hemos pasado juntos me siento increíblemnete felíz, como si todo eso fuera lo que falta en mi vida y ¿como no? En mi estresante y miserable vida me falta un poco de humor, y tu existencia es tan ridicula que mucha risa me causa.

6.- Que cada vez que sonrries mostrando esa dentadura perfecta y tu mirada alegre y sincera, mis mejillas comienzan a arder como si tuviera fiebre, lo que significa que al sonrreir me enfermas con tu fealdad.

7.- Cada vez que hablas alegremente con alguien más por alguna extraña razón mi mente y mi cuerpo me gritan que valla a interrumpirlos, claramente es porque se que debo de salvar a cualquier persona de tu insoportable y arrogante personalidad.

Y todo esto ocurre por las razones ya explicadas o... O porque de verdad te amo, tal vez te amo como no tienes idea Stephen Strange.

Se encontraba completamente anodado, las preguntas se amontonaban en su cabeza sin encontrar respuesta para ninguna ¿Quien había escrito esa carta? ¿De verdad alguien se habia enamorado de él? ¿Quien demonios se declara de esa manera? ¿Que haría ahora? Él ya estaba enamorado de alguien ¿qué hacia si no queria romper ningún corazón? Tomó de nuevo la carta que anteriormente había dejado en el escritorio para pensar, la sostuvo dispuesto a examinarla para encontrar tan siquiera una pista de la "romántica" persona que le escribió; observó la carta con cuidado, estaba escrita en papel común, la tinta era negra justo como la del sobre, la letra se le hacia vagamente familiar, la habia visto en algún lado ¿Pero dónde? Se podia ver que no se habian preocupado para escribirla ya que los renglones estaban bastante chuecos, tal vez la persona no tenia mucho cuidado con eso o estaba ebria o posiblemente los dos. Giró el papel y ahí en la esquina inferior derecha leyó lo último que esperó encontrar.

"Del genio millonario playboy filántropo más sexy del mundo.
TS."

Se sorprendió aún más, solo conocia una sola persona en el mundo que se describia de esa forma y encajaba con las siglas escritas, Tony Stark era el único posible autor de esa carta, Strange casi grita, pero no, él era el hechicero supermo, no podía gritar como una adolecente a la que le ha enviado un mensaje su crush, tenía algo más de compostura que eso, lo que si no pudo evitar fue la roja coloración en sus mejillas. Ahora las muchas dudas en su cabeza se habían multiplicado ¡¿Tony se había enamorado de él?! ¿Específicamente de él? Volvió a leer la carta en busca de comprobar que no había cometido ningún error al interpretar el destinatario de la carta, pero al parecer no, en el sobre claramente decía "Doctor Stephen Vicent Strange" además de que la dirección del santuario era correcta y ahi solo vivían él y Wong, la carta describía a un mago, y dudaba que Tony coniciera a otro mago a parte de él, Wong y Loki, pero al leer que el afortunado destinatario poseía una "mirada bicolor" quedó convencido de que se trataba de él, aunque eso provocó que ahora dudara del remitente, tal vez no era Tony y alguien planeaba engañarlo, o era una broma de muy mal gusto.

Comenzó a meditar la situacion desde todos los ángulos posibles ¿y si era mentira? ¿Y si era una trampa? ¿Quien quería engañarlo de ese modo? ¿Quien se había enterado de que, por más que lo ocultara, Tony era su único punto débil? ¿Qué haría ahora?

Reflexionó durante un momento y llegó a la conclusión de que si alguien trataba de engañarlo por correo lo mejor sería entregar la carta personalmente, que si Tony no era quien habia escrito la carta, él tendría que dar el primer paso, tenía que decirle cuanto lo amaba y si no era correspondido tendría al menos la seguridad de que lo intentó de que ya no era aquel cobarde que no podía expresar sentimientos y jugaba con todos. Estaba asustado, pero se dejó convencer por aquella popular frase "el que no arriesga no gana"

Y con eso en mente fue a donde la máquina de escribir y comenzó, Tony tenía que enterarse.

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