La Hermana de AlphaSniper97

790 22 7
                                    

Marta Díaz García, de solo escuchar ese nombre puedo sentirme fuerte y débil a la vez, nervioso y seguro, reír y llorar, son cosas muy que nunca se cruzarán, algo a que quizá nosotros estemos destinados a serlo.

Pero empecemos de una vez esto.

—¡Felicidades a los graduados!—exclamó el director, y nosotros respondiendo con arrojando nuestros sombreros de graduados.

Algo que hizo emocionar a nuestros familiares muchísimo, con mis padres mirándome con ojos lagrimosos, alegres en la persona que me he convertido, y en la que pienso ser.

Y luego está la otra persona más importante de mi vida, que me abraza fuertemente sin soltarme, se acurruca en mi pecho, y sus manos  se aferran a mi fuertemente, pero con delicadeza.

Ella quiere mírame a los ojos, pero no quiere hacerlo porque se pondrá triste, ya que sabe cual será mi destino.

Lo hace, con un gran esfuerzo y ojos relucientes gracias al sol que irradia el día y a sus lágrimas.

—Te ves muy guapo, ____.—dice peinándome con sus suaves manos.

Tiene tantas cosas que decirme, tenemos tantas cosas que hacer juntos, que nos quedaríamos cortos con las horas que tiene el día.

—Dime algo que no sepa, creo que la belleza es subjetiva porque...

—Bla bla bla, ¡vas a empezar con tus filosofías!—dijo sonriendo y regañándome. (∂

—Está bien, estoy hablando tonterías.—termine riendo por verla a ella.—Es que...siempre te digo hermosa, preciosa, bebe, ¿quieres que invente una nueva palabra?

—Sí.—fue su respuesta.

Lo que dice la mujer, se tiene que cumplir.

—¿Te puedo decir lindura?—tenía que salir de esta difícil situación en donde ponía mi vida en juego.

—¡Dime lindura!—reímos después de que terminamos esta inmadura discusión.

—¡Marta!—exclama una voz.

—¡Ya voy mamá!—responde ella.—Vamos

—Tus padres no me quieren ver.—respondí preocupado.

—¡Oh no! ¡Claro que lo harán!—dijo arrastrándome de la mano.

Solo espero que no me fusilen.

—Hola, ____.—me saludó su madre.

—¡Que tal señora Díaz!—exclamé.

Hasta que llegue a ver a su padre, mi suegro, suegro querido y hermoso, por favor, por lo que más quieras, no me hagas daño.

Hubo unos 5 segundos de silencio entre nosotros, hasta que me estrechó la mano.

—Hola, hijo.—dijo para luego abrazarme.

La madre de Marta, sus hermanos y ella se quedaron sorprendidos por lo que estaba pasando.

—Lo siento, ¡me emocione!—continúo el señor Díaz.

—Todos lo estamos, estimado.—respondí para simpatizar con él.

—Papá, iremos + con unos amigos.—dijo Marta tomándome de la mano, para luego desaparecer.

—¡Adiós Sr y Sra Díaz, nos vemos calvito, cuídate pequeña!—exclamé mientras me iba junto con ella.

—Eso fue incómodo.—la abrace de los nervios.

—¡Jajajaja!, ya te acostumbrarás—contestó besándome.

—¿Que haremos más rato?—pregunte, pues hoy es viernes y mi vuelo sera en dos días.

La Hermana de AlphaSniper97 (Marta y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora