El miedo a que te hagas daño, miedo a que te hagan pasarlo mal. Miedo a que sufras. O de que te hagan sufrir.
Es algo que vive en mi interior, un instinto protector que no puedo contener. Por mucho que sepas cuidarte, el miedo está presente. Porque confío en ti, pero no en el resto.
Miedo a que vuelvas a ser como eras antes. Esa persona insegura, depresiva y que no ve más allá. Una persona que vive a costa del dolor. Alguien que se pierde en su propio cuerpo.
Saliste de eso, pero el camino de vuelta siempre está abierto para ti. El camino de salida es más difícil de hallar, pero eso no lo sabes. No quiero que tengas que buscar más ese camino, quiero que sigas en el que estás ahora.
Quiero que sonrías y que seas feliz, que aprendas, que corras, saltes y vivas. Que sigas siendo quien eres ahora, tan fuerte y tan grande. Quiero que sigas enseñándome todo lo que sabes, que me digas esas cosas que necesito escuchar.
Pero ellos siempre están de por medio, engatusandote con promesas que no van a cumplirse, mintiéndote y ofreciéndote una imagen de un mundo que no es real, pero que tú piensas que si.
Has estado siendo fuerte hasta ahora, te has opuesto a sus ofertas, pero cada vez es más difícil resistir. Ahora ya se cual es la batalla que vas a librar.
Esta vez, podría costar más caro que unas simples marcas en los nudillos. Podría costarte muchas cosas, pero parece que no ves el bosque y solo te concentras en el árbol.
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Cicatrices
RandomEsta es una historia sobre lo que pienso de las cicatrices de cierta persona.