Sí, sí lo soy

1.8K 220 156
                                    

Mi padre tiene una panadería, la mejor en la ciudad debo decir. Aunque no sea la más grande, ni lujosa o exótica. Es un pequeño establecimiento con dos hornos y unos cuantos estantes, pero con el mejor pan recién hecho.

Ya que mamá trabaja arduamente vendiendo condominios, papá y yo nos quedamos para atender el negocio familiar. Mi padre es el mejor panadero que conozco, y me gustaría seguir sus pasos.

A lo que voy es que hace unas semanas ocurrió un terrible malentendido.

Sasuke, por la tardes, como es un bueno para nada y no tienen nada interesante que hacer, pasa el resto del día conmigo en la panadería. Pensaras que se queda ayudándome, pero no, sólo me molesta e interfiere con mi trabajo.

Entonces al gracioso antisocial se le ocurrió hacer una pésima broma, más bien sólo tenía la intención de molestarme. Yo estaba arrodillado detrás de la vitrina limpiando la estantería de abajo, el punto es que desde afuera sólo se me miraba el cabello. Sasuke se paró junto a mí y comenzó a hacer movimientos extraños y algunos sonidos.

Sabía que quería fastidiarme, así que no le presté atención y seguí restregando el cristal. Sasuke detuvo su juego y se quedó mirando hacia la entrada.

―La-lamento haberlos i-interrumpirlos, permiso.

Escuché esa voz reconocible, me puse de pie pero ella ya no estaba.

―¿Era Hinata? ―le pregunté a mi amigo quien reía cínicamente.

―Vas a tener que explicar muchas cosas... ―me respondió y se fue del local.

Encogí los hombros y no le tomé importancia.

Y creo que a eso se refería Hinata.

{...}

―Pero le explicaste que no eres gay ―Sasuke estaba sentado con las piernas entrelazadas y los brazos descansando en su cabeza.

―No, no pude. Cuando lo iba a hacer llegó Sakura y se la llevó ―Sacudía la harina del mandil que llevaba puesto. Lo desaté y me lo quité para pararme frente a Sasuke―. Por cierto, cree que eres mi pareja.

Sonrió con esa estúpida sonrisa arrogante que tiene. Aun no comprendo por qué somos amigos.

―Yo soy demasiado para ti, Naruto.

―Si en todo caso tuviera preferencias homosexuales, créeme cuando te digo que no me fijaría en ti ―Me acerque a la entrada, giré el letrero de abierto a cerrado y aseguré la puerta―. Mañana durante el desayuno le diré la verdad, la versión completa.

Le demostraré cuánto me gusta.

{...}

Durante la mañana buscaba a mi dulce chica por los comedores de la cafetería escolar. Y entonces la encontré, con un estudiante de primer año.

Me acerqué sigilosamente, pasando desapercibido como el ninja que me hubiese gustado ser.

―Bueno, Hinata... eh, estos días me he dado cuenta de que es una chica muy linda y me preguntaba si usted... ¿Saldría conmigo?

Creo que la escuela sufrirá la pérdida de un buen alumno hoy.

Supongo que piensas que salí de mi escondite y lo ataqué como un oso reclamando su territorio y lo que es suyo, pero no. Estaba más interesando en la respuesta de Hinata que en los bobos sentimientos de un adolescente hormonal.

―Lo siento ―Hizo una mueca de pena―, no quiero parecer grosera, pero yo no puedo salir contigo ―Reí internamente, como si hubiera ganado una guerra―. Y-yo, yo tengo a...

Lo último no lo escuche de tan bajo que habló.

Como que ya era tiempo de salir sorpresivamente, espantar a ese pobre ingenuo, y reclamar a Hinata como mía. Si no fuera porque la frentona apareció.

―¡JA JA JA! ―Reía fuerte y señalaba la cara del tonto ese. El mocoso miraba a los lados y hacia atrás, como dudando si se burlaba de él―. Si me dieran un dólar por cada vez que Hinata rechaza a alguien, estaría ahora mismo en un yate en mi playa privada.

¡¿Por qué no estoy enterado de esto?! Tendré que tomar medidas drásticas ¡Me encargaré personalmente de que nadie ni siquiera piense en declarársele! ¡Lo juro, como que me llamo Naruto Uzumaki!

Sakura continuó.

―Lamento romper tus ilusiones, pequeño. Pero aquí mi amiga, sólo tiene ojos para una persona. Ella está enamorada de su propio idiota.

Bien... esto no está pasando ¿verdad?

―¡¿Cómo que está enamorada?! ―Salí apresurado de abajo de una mesa haciendo tremendo escándalo―. ¡Tienes que darme muchas explicaciones, Hinata! ―Me acerqué a ella quedando a centímetros de su colorado rostro.

―¡Deja de actuar como su hermano celoso!

¿Hermano? Si la considerara mi hermana, no quisiera darle duro... q-quiero decir, casarme con ella.

―¡Y tú deja de meterte en donde no te llaman! ¡Mejor vete a perseguir a Sasuke, que es lo mejor que sabes hacer! ―Sakura frunció la boca y arrugó sus cejas. Regresé la mirada a la futura madre de mis siete hijos―. Hinata ¿es verdad lo de antes? ¿Quieres a alguien? ―pregunte amablemente, tomándola de sus mejillas y juntando mi nariz con la suya.

―Na-naruto ―El color rojo en su rostro subió aún más, como un termómetro en mal estado―. ¡Yo...! ―Estaba por responder, pero su mirada se dirigió a la de Sakura, bajó y subió la cabeza, como si afirmara algo, y entonces me miró―. Sí, lo estoy.

¿Escucharon eso? Fue mi corazón rompiéndose.

Eso significa un no asegurado a mi declaración. Ya ni siquiera vale la pena intentarlo. Ella, quiere a otro...

¡Pero un Uzumaki nunca se rinde, así tenga que recurrir a medidas extremas!

Entonces, se me ocurrió una idea bastante brillante. Averiguaré quién es ese tipo que Hinata quiere, me desharé de él y seré yo al único que quiera.

Y si ella no puede verme como su futuro esposo...

―¡Me alegra mucho, Hinata! ―Abrió los ojos enormemente y escuché a Sakura maldecirme―.Y referente a lo de ayer... Sí, si lo soy.

No puedo creer que haga esto sólo para poder estar más cerca de mi dulce chica... ¡Pero lo vale...!

―Soy gay ―dije con seguridad.

Entonces entré en razón, y recordé que Sakura estaba aquí.

―¡Lo sabía! ¡Karin y yo teníamos razón! ―y aquí vamos...― ¡Ya decía yo que alguien que hace pasteles no podía ser varonil! ―Abría su enorme boca y hacía lo único que sabe hacer, burlarse de mí. Además, ¿qué tiene de malo hacer pasteles?

―No te burles, Sakura. No debemos juzgar a Naruto por sus preferencias sexuales ―La frentona seguía riendo. Hinata me frotaba el hombro―. También, Naruto siempre me pareció algo afeminado.

Y no satisfecha, toma los pedazos rotos de mi corazón y los pulveriza, los hace polvo. Eso sí que me pegó duro.

La risa molesta de Sakura estalló mucho más fuerte convirtiéndose en carcajadas. Hinata se paró de pintitas y daba palmaditas en mi cabeza mientras me daba consejos de cómo tratar a mi novio.

Espero que algo bueno salga de todo esto.

Por ella soy gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora