Alabama Barbrow empezó a escribir desde bien pequeña, ya que era la forma que tenía de escapar de una triste realidad que le tocó vivir. Dentro de su imaginación fue una niña feliz, pero no tardaron en mancillar los pocos recuerdos agradables que ma...
Alabama Barbrow nació en el seno de una familia humilde irlandesa a principios de los años treinta (no se sabe la fecha exacta). En aquella época la miseria y el hambre recorrían las calles de ese desolado país. No había trabajo para todos y la mayoría de magos y brujas emigraban a Estados Unidos, país de sueños y nuevas ilusiones para la comunidad mágica.
Fantino no fue una excepción; harto de una vida mediocre en la fábrica de escobas para el Quidditch donde trabajaba jornadas eternas a cambio de pocos galeones, se dejó seducir por el sueño americano. Le costó muchísimo convencer a su esposa sobre su viaje al nuevo continente, pues ella estaba embarazada ya de ocho meses y no veía claro que él se marchara y la dejara sola con la niña que esperaban. Después del nacimiento de la pequeña, a causa de la obsesión de su padre, la llamaron Alabama.
Casi un año más tarde, luego de muchas peleas, Fantino se marchó a los Estados Unidos. Al principio cada semana recibían una lechuza con noticias de él: sobre donde vivía, su trabajo, la nueva cultura... Posteriormente pasó a ser una vez al mes y poco a poco se iba dilatando el tiempo de una carta a la siguiente, hasta que dejaron de recibir noticias y dinero, provocando desnutrición en ambas y casi la muerte de la pequeña.