Tony - Pepper - Natasha

109 5 2
                                    

La odiaba. Definitivamente la odiaba. Pero no podía evitar pensar que era preciosa, esos rizos rojizos, los ojos verdes, la mirada... Dios. Le parecía increíblemente sexy. La odiaba cuando miraba a Tony de una manera tan intensa... No sólo porque a Stark eso le encantaba, y la hacía sentir débil, sino porque también quería que la mirara así, los quería a los dos, viéndola así.

Pepper no era una persona de expresar libremente sus deseos sexuales. Era muy reservada en el tema, y hasta le daba cierto pudor pensar en ello, y últimamente estaba pasándole demasiado esto de imaginarse entre ambos, siendo atendida con delicadeza, las manos ásperas del hombre recorriendo su cuerpo con cierta desesperación, como si hubiera querido hacerlo durante tanto tiempo. Los labios cálidos y húmedos de la mujer, besándola con fiereza, descargando aquellas ganas que le tenía hace rato. Aveces simplemente enrojecía de la nada y tenía que ir al baño a lavarse la cara y calmarse.

Durante todos esos años desarrolló un... Enamoramiento por Tony Stark, pero era realista y sabía que jamás podría pasar nada entre ellos siendo ella su asistente. El dolor que sentía cada vez que estaba con alguna mujer era inexplicable, y eso pasaba tan seguido que había pensado mil veces en renunciar.

Ahora que era la CEO de Stark Industries comenzaba a ver una oportunidad, pero ésta había sido frustrada por su nueva y preciosa asistente. Tony no había dudado en compararlas, y pronto Potts se dio cuenta que ella no le llegaba ni a los talones a Natalie.

O más bien... ¿Natasha? Sí. Así se llamaba. Una espía mandada por SHIELD. No sabía si eso la hacía odiarla más o desearla más, un poco de ambas. Se suponía que Pepper no sabía la verdadera identidad de Natalie. Lo había descubierto por error, en realidad, y prefería no decir nada en caso de que las cosas se fueran de control y terminara con la pelirroja estrangulándola por saber de más o algo así.

Actualmente ella era su asistente, la seguía a todos lados (lógicamente) y se sentía frustrada por aquello, respectivamente ese día se había levantado con un pésimo humor, el hecho de tener a la mujer tras ella constantemente le molestaba en sobremanera, sabía que era su "trabajo", que debía hacerlo, sin embargo no pudo evitar el voltearse molesta hacia ella mientras almorzaba.

—Oh, dios. ¿Tienes que seguirme TODO el tiempo?— Escupió con cierta ira.

—Lo siento, señorita Potts, es mi trabajo, sin embargo puedo dejarla sola si así lo requiere...

Pepper negó con la cabeza, comenzando a reírse con cierta ironía. Estaba con los cables cruzados e iba a terminar hablando de más.

—Claro. Tu trabajo.— Hundió el tenedor violentamente en su ensalada, Natalie arrugó el ceño mirándola.

—No entiendo que me está queriendo decir.

—Que creo que tu trabajo es otro en realidad.— Y... Finalmente se expuso.

—¿Cómo?— Los orbes verdes de la mujer se clavaron en su contraria, ya había entendido del todo lo que acontecía, evidentemente, era muy intuitiva.

—Estoy segura de que sabes de lo que hablo. Y adelante, ahora puedes dispararme, estrangularme, apuñalarme, vaya, es que estás tan bien entrenada que tienes muchísimas opciones.— Pepper desvió la mirada, se sentía ciertamente intimidada.

—Ajá. No voy a matarte.

—¿No?

—No. Primero, no puedo matarte. Segundo, no quiero hacerlo, sería una lástima, y tercero, eres vital para la misión, literalmente tengo que mantenerte viva.— Se encogió de hombros. —Y si te matara, no lo haría aquí.

—¿Por qué sería una lástima matarme?— inquirió la rubia, ciertamente desconcertada.

—Porque eres muy bonita.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 21, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

A Game of ThreeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora