- Hola - saludó la pequeña niña de mejillas rosadas y cabello castaño amablemente, al niño sentado frente a ella mientras estaba de pie - Mi nombre es Allison - se presentó extendiendo su pequeña manito con una mirada inocente y dulce, acompañada de una amplia sonrisa cargada de empatía.
El de cabellos oscuros sólo la miró por un instante, observando su mano extendida, sin tomarla y soltando un ligero "ujum", para luego regresar la mirada hacia su libro. La castaña, un poco decepcionada, retiró su mano, pero de igual manera siguió hablándole, suponia que quizás al contrario no le gustaba el contacto físico o tal vez era muy tímido - ¿Tu cómo te llamas?
El pelinegro continuando con su lectura ignoró totalmente la pregunta, como si no estuviesen refiriéndose a él, pero Allison no planeaba irse del lugar. Al no obtener respuesta; prefirió pensar en alguna forma de llamar su atención, no conocía al pelinegro, no sabía de dónde provenía o quiénes eran sus papás, tampoco su edad, pero sentía que quería ser su amiga.
- ¿Qué lees? - preguntó, acercándose un poco más, sentándose a su lado de hombro a hombro debajo del árbol del parque en el que se encontraban. - Los que se alejan de Omelas... - leyó el título por su propia cuenta - ese libro es aburrido - Bufó, aún sin conseguir reacción del otro -¿no prefieres jugar? - sugirió, el niño se mantuvo en silencio y negó con la cabeza, la castaña al darse cuenta de que parecía no estar dispuesto a hablar, continuó conversando todo el tiempo que estuvo sin parar, le parecía raro aquel chico, pero de alguna manera, disfrutaba de su compañía, no quería jugar con los demás niños del parque porque se veían más grandes que ella y seguro la rechazarían, a excepción del cabellos oscuros y piel pálida que tenía a su lado, no hablaba pero al menos no dijo que le molestaba su presencia o que se largara, viéndolo bien, parecía de su misma edad, 9 años, o quizás un poco menor.
- Entonces no entiendo porque me molestan en la escuela - sollozó - sólo quería jugar con ellos, pero dicen que soy un estorbo, en especial ese Jeon Jungkook - mencionó con molestia a uno de sus compañeros de clase, tomando una piedra que se encontraba en el suelo, tirandola lejos con fuerza para desahogar su ira al recordar al pelinegro. - También me molestan porque cuando mamá me deja en el colegio siempre se despide de mi con un beso en la frente, yo amo sus besos -dijo sonriente ante el recuerdo - no entiendo porque se burlan de eso también ¡Son unos tontos! ¿No crees lo mismo? - él otro solo se permitió asentir a cada cosa que ella decía. Aún si en realidad no prestaba atención a lo que hablaba, era lo mínimo que podía hacer por ella.
- ¡Allie! - llamó su madre.
- ¡Voy!, Tengo que irme a casa... Pero nos volveremos a ver ¿De acuerdo? - dijo alejandose con una sonrisa mientras corría hacia su mamá tomándola de la mano y girando su vista hacia su nuevo amigo, mientras caminaba moviendo su pequeña manito de un lado a otro como símbolo de despedida, aún si no intercambio palabra alguna, le agradaba el callado niño, y de una u otra forma, también le parecía bonito.
El pequeño cerró su libro, dando por culminada su lectura de hoy, aún en el parque, cerró sus ojos dejando que el viento que se presentaba en el lugar pasará por su rostro, brindándole toda la calma que necesitaba en ese momento, aquella niñita había estado a su lado por mucho tiempo,agotándolo un poco, no paraba de hablar, al parecer no tiene muchos amigos, ya que prefirió quedarse con él, cuando lo ignoraba totalmente, sus pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de una mujer que se paró frente a él, con un semblante molesto y soltando un un bufido para llamar su atención, hizo que abriera sus ojos nuevamente, no parecía contenta.
- Así que aquí estaba pequeño insolente - regañó tomándolo bruscamente de su muñeca, obligándolo a que se levantará - Vámonos ahora mocoso, aún tienes muchas tareas que hacer - dijo jalandole del brazo con fuerza, arrastrándolo por todo el camino.