Capítulo 14
Mi brazo estaba un poco entumecido por la posición en la que estaba. Lo moví un poco tal que quedara al lado de mi pierna.
Sentí que algo me incomodaba en mi oreja, levanté una mano y me di cuenta que aún traía puesto mi arete en forma de estrella.
¿Por qué no me lo quité anoche que llegué de la casa de Luhan?
Un momento... yo nunca me fui de la casa de Luhan.
Abrí los ojos de golpe para encontrarme con una habitación grande, de paredes plomas. Estaba echada en la cama tapada con un edredón, me incorporé un poco en ella. Y me froté los ojos puesto que aún estaba un poco adormecida.
Cuando los abrí de nuevo pude ver a Luhan, echado en un sillón de a un lado con una manta encima, durmiendo.
Miré hacia un lado de la cama y en una mesa de noche vi la foto de una señora, Emily,Luhan y un señor.
Un momento...
¡Estoy en su cuarto!
Lo último que recuerdo es que una chica se hundía en una especie de lava negra...
Claro, ¡La película!
¡Me quedé dormida mientras veía la película!
Demonios, si seré...
Me senté en el borde de la cama y vi mis zapatillas en el suelo. Me las puse y me paré, mi casaca estaba colgada en un perchero al costado de la puerta, caminé hasta ella y la tomé, me la puse..
- ¿Ya te vas? - me di la vuelta de inmediato solo para encontrarme a un adormilado Luhan sentado en el sillón bostezando.
- Buenos días - le dije y sonreí.
- Buenos días - dijo y volvió a bostezar.
- Deberías dormir un poco más. Es domingo, descansa - él se frotó los ojos y sacudió la cabeza.
- No... - dijo y miró su reloj - Es tarde, ya son las 11 de la mañana - me sobresalté un poco.
¿11 de la mañana?
¿Pero qué...?
¿Dormí aquí toda la noche?
No es posible...
Y como si leyera mi mente, Luhan abrió las cortinas y dejó entrar un despampanante sol.
- Wao... – vi que se estaba estirando - ¿Dormiste en ese sillón toda la noche?
- Si, supuse que a ti no te gustaría que durmiera contigo, así que mejor dormí en el sillón.
- Luhan no tenías que hacerlo. Estás en tu casa, yo debí haber dormido en ese sillón, no tu - el sonrió y se acercó a mí. Me tomó de las mejillas y me dio un beso en la frente.
- ¿Para qué duermas incomoda? - sonrió - Jamás. - negué con la cabeza.
- Tú no cambias.
- No - ambos reímos.
- Será mejor que me vaya.
- ¿Ya quieres irte? ¿Segura...?
- Lu, fue muy divertido ayer. Pero nunca he estado fuera de mi casa por toda una noche. Además no hay nadie, debo cerciorarme de que todo esté bien.
- Claro entiendo - dijo y sonrió - Vamos.
Me tomó de la mano y me guió fuera de la habitación. En el pasillo caminamos hasta las escaleras hasta que vimos a una pequeñita salir de un cuarto refregándose un ojo con una mano, vistiendo una pijama rosa con ponis y unas pantuflas de conejito peludo grandes.
- ¿____? - dijo la pequeña cuando me vió.
- Buenos días Emi- le dije sonriendo.
- ¿Pasaste la noche en mi casa? - dice sonriendo.
- Pues si... anoche me quedé dormida viendo la película y Luhan muy amablemente me dejó dormir en su cuarto.
- Woow... ¿Son novios? - dijo, inmediatamente ambos nos sonrojamos e intenté soltar mi mano, pero él no me dejó, es más me apretó la mano más fuerte.
- No enana - dijo Luhan -. No aún - un escalofrío recorrió mi cuerpo. ¿Aún? O sea que... Nah Debió decirlo para molestar, nada más.
- Ok... - dijo la pequeña y bostezó otra vez - voy a dormir un rato más. Hasta otro día ____ - se despidió con la mano y entró a su habitación.
Sin decir nada Luhan jaló de mi mano y bajamos las escaleras, caminamos hasta la puerta y antes de que la abriera me paré en frente de él.
- Creo que puedo ir sola hasta mi casa - le dije.
- Yo quiero y tengo que llevarte - me repuso.
- Tu tienes que cuidar a tu hermana - sonreí -. Ya nos veremos.
- Pero... - puse un dedo en sus labios.
- Sin peros - sonreí, temerosa me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Me separé rápido, me voltee y abrí la puerta. Genial...
- ¿____? - dijo ella que había estado a punto de tocar el timbre cuando yo abrí la puerta.
- Si... hola - conteste, me voltee hacia Luhan-. Saluda a tu invitada, Luham- le dije remarcando cada una de las palabras. El me miró a los ojos, y en ellos pude ver que me estaba pidiendo perdón por eso. Me encogí de hombros y el desvió la mirada.
- Hola Sofía - dijo él.
