TRES

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Ya era de noche, todo estaba en silencio y en completa oscuridad

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Ya era de noche, todo estaba en silencio y en completa oscuridad.

-Mgh...- México se removió incómodo en la cama, Rusia le daba la espalda y claramente estaba dormido.- Joder...

No podía dormir y no porque tuviera insomnio, sino porque había una carpa en su pantalón.

Quería tocarse, pero no podía. Rusia estaba ahí y si se levantaba y lo despertaba no quería ni imaginarse la vergüenza. Suspiró y miró la ancha espalda del ruso.

Bueno, tal vez no se daba cuenta de que se iba unos minutos. Se sentó en la cama y refregó su cara.

-¿México...?

-Verga.- Rusia se giró y le miró acusadoramente.- Hola...

-¿Qué haces despierto?- Preguntó con una voz sumamente gruesa.- Es muy tarde.- Se sentó también.

-Sí, bueno... Yo...

Hasta que el euro-asiático notó su problemita y rió para sus adentros.

Rusia lo tomó y lo sentó entre sus piernas de manera en que la espalda del latino pegaba con su pecho.

Comenzó a pasear su mano izquierda por abajo de su camiseta, acariciando la piel blanca. Su otra mano fue desde el muslo hasta el borde del pantalón de pijama que llevaba el latino. Introdujo su mano.

-No, wey, espérate.- Dijo México apenado a la vez que cerraba las piernas.- Esto...

-No cierres tus piernas, México.- Susurró en el cuello del latino.- Abrelas.

El mexicano se sentía sumamente sucio, pero a pesar de eso, lentamente fue separando sus extremidades. Sus manos apretaban las cobijas con fuerza.

Rusia comenzó con su vaivén rápido, México apretó sus labios para reprimir un jadeo y cerró sus ojos con fuerza, el pecho de Rusia le hacía sentir pequeño e indefenso.

-No... Ya, no más... Rusia... Uh...- Su respiración se hizo agitada ya que Sentía como el aire le faltaba con cada roce.- Ah... Rusia...

El más alto sentía de repente texturas extrañas, no sabía identificar a qué se debían, pero no iba a juzgar si el latino no tenía una piel perfectamente plana y suave.

El nombrado hizo al latino a un lado para él después ponerse en cima de este. Sin preguntar o avisar, alzó la camisa. Grave error.

-NO. Y-ya, ya estuvo, suficiente.- México se removió incómodo, sus grietas y sicatrices estaban a la vista, intentó bajar su prenda pero las manos del ruso se lo impidieron, apresandolas en cima de su cabeza.- Rusia, ya, no quiero esto. Detente.

Pero el euro-asiático no hizo caso y en vez de acatar ordenes, su mano libre comenzó a pasearse por la piel del mexicano. Sus grietas eran visibles, claro que lo eran. Y le llamaban muchísimo la atención, él sólo tenía una y era pequeña, pero las de México eran grandes y a simple vista se miraba lo dolorosas que fueron en su momento. Así mismo, llevaba de adorno varias cicatrices, en especial en su cintura y cadera.

Cielo De Acuarela [RUSMEX]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora