España ocupa ayuda porque los músicos que contrató llegaran una hora antes en tan importante fiesta. México, sin querer queriendo acepta ayudar.
Rusia lo conoce gracias a Francia. México siempre sonreía y sin querer le pegó aquello. Iluminó su esta...
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Abrió los ojos, olía bastante bien.
Giró su cabeza y notó que estaba solo, se sentó en la cama y suspiró. Vaya día que había sido el de ayer.
Aún así, se sentía genuinamente feliz.
Sonrió.
Escuchaba música tenue que venía desde alguna parte de la casa, tenía ritmo.
Cuando salió de la habitación pudo escuchar varias cosas.
-¡Quiero mis galletas!
-Pe-
-¡Quiero mis galletas!
-¡Cómo chingas!- Se escuchó un golpe sordo, luego varias risas.
Cuando llegó hasta la cocina, pudo ver a todos reunidos ahí, era un ambiente acogedor a pesar de la situación que se había presentado el día anterior, pero no se quejaba, era cómodo.
-¡Buenos días, Rusia!- Saludó México en cuanto lo vio. Llevaba un mandil negro y un sartén con algo dentro.- Sientate, ya casi está el breikfas
-It's BREAK-FAST.
-Esa madre. Anda, siéntate.
El más alto obedeció. Alemania estaba en su teléfono, Chile y Argentina andaban de acaramelados, Francia y Canadá palticaban y México cocinaba mientras cantaba.
-¿¡CÓMO FUEEEE QUE ME DEJASTE DE AAAMAAAAAR!?- El grito que pegó hizo que todos se asustaran. México andaba concentrado en la canción un tanto triste, pero con una bella melodía, usaba la pala como micrófono y se movía de un lado a otro.- YO AÚN PODÍA SOPORTAR TU TANTA FALTA DE QUEREEEEEER.- Después Chile se le sumó al canto.
-VEEEEEEN Y CUENTAME LA VEEEEERDAAAAAAAAD, TEEEEN PIEEEEDAAAAAD Y DIME POR QUÉ NO NO NO NOOOO.
Todos reían, Chile y el mexicano hacían una buena actuación de la canción.
Ese día fue notoriamente más tranquilo, ya todos establecidos y con dos integrantes nuevos, la casa no estaba en silencio ni por un segundo. Alemania y Rusia se pusieron las pilas y comenzaron a tomar las medidas para los trajes que harían. En realidad, México pensó que sería más difícil.
Aunque, tranquilo lo que se dice "tranquilo" no fue. Pues cuando Alemania estaba tomando sus medidas, comenzaron a hablar sobre ir al mercado por comida, todos estaban bien con ir, excepto México, quién se ofreció a cuidar de la casa para no salir al frío de mierda que hacía afuera. Luego, Rusia agregó que él se quedaría también, "Alguien necesita de cuidar de México" dijo. Los latinos le hecharon carrilla al mexicano pero así, todos se fueron, menos ellos dos.
Rusia hizo lo que debía, tomar las medidas. México no se opuso y le permitió aquello.
El más alto colocó el inicio de la cinta milimétrica en la cintura ajena y la bajó hasta los tobillos del mexicano. Repitió lo mismo de los hombros a la cadera. Después pasó esta por los hombros del pequeño, haciendo una mala simulación de un abrazo, en el cual México se puso nervioso. Cuando anotó los datos, sorpresivamente pasó sus brazos por la cintura del mexicano. Los cachetes del mayor se encendieron y apretó sus labios. Más Rusia tenía otras intenciones, sin quitar la cinta, y con ayuda de esta, claro, acercó al tricolor de un jalón. Sus cuerpos se pegaron por completo.