JUEGO DE BALAS

CAPÍTULO 2. ÉL

La vida a veces te sorprende y a mi me sorprendió como a quien le hacen una fiesta sorpresa, solo que a mi me regalaron una vida a la que cuidar y muchas deudas que pagar. Y aquí me encuentro con que la vida no le bastaba con sorprenderme sino también con llevarse a mi amigo. No sabía que podía doler tanto la ausencia de una persona. 

Veía a toda esa gente, muchos ni siquiera sabían la verdadera vida de mierda que llevaban aquellos por los que lloraban. Ni su propia familia la conocía. No sabían que hace años habían conseguido salvar la vida de un chaval y su hermana. Tampoco sabían que con su muerte habían destrozado aquellas vidas hundiéndolos aún más en la oscuridad en la que estaban. Una pequeña personita me agarra fuerte la mano. Joder, que oportuno qué justa mente Elsa no se pudiese quedar con Lia, ahora ella me está mirando con sus grandes ojos grises llenos de tristeza, debería de llevármela de aquí, este no es un lugar para una niña de ocho años. 

Desde que nuestros padres nos abandonaron cuando tenia tan solo 13 años mi vida se fue complicando. Mi relación con mis padres nunca había sido demasiado buena, pues siempre se mantenían ocupados intentando pasar el menor tiempo posible con mi hermana y conmigo. Nunca les creí capaces de hacer aquello, nunca me pare a pensar en que me dejarían a cargo de mi hermana para el resto de mi vida. 

-Milcom, me quiero ir a casa tengo frío.

Sin pensarlo dos veces la alcé en mis brazos y nos fuimos de camino al coche. Lia no se merece esto, no se merece toda esta vida, no se merece esta familia. El único que aportaba algo de luz a esa vida estaba bajo tierra. Cuando mis padres decidieron no volver fue el único que sin conocernos se preocupó en que no nos faltara nada, el único que se preocupó de que mi hermana no tuviese que crecer demasiado deprisa y que la pequeña Lia pudiese disfrutar de una vida, una casa y una infancia.

Al llegar a casa vi un coche negro aparcado de cualquier forma en mi jardín. Rápidamente me puse en alerta.

-Monito, te vas a tener que quedar un momento en el coche.

-¿Poqué?.

No le conteste, le dí un beso en la mejilla y me dirigí a la puerta de mi casa, no me hizo falta utilizar la llave, ya que la puerta estaba abierta. Cuando abrí todos mi músculos se relajaron al ver que eran caras conocidas.

- Joder, que puto susto me habéis dado.- Espete. 

-Tranquilo traemos buenas noticias; debido a la muerte de los Pizzo, el cargo se te pasa a ti.- Soltó con total naturalidad.

-Me estáis jodiendo, tengo a cargo a una niña de ocho años, ¿creéis que estoy para vuestras mierdas?-No me podían hacer esto, no justo ahora.

-Es lo que hay, eras la mano derecha de los Pizzo y eres el que mejor conoce el chanchullo.- No me jodas, me estoy replanteando mandarle una carta a la vida y decirle lo puta que esta siendo conmigo.

No iba a saber que la muerte de Alexander iba a ser el principio de toda la mierda que me iba a salpicar de lleno. Había entrado en un túnel con una única salida, una que no estaba dispuesto a aceptar, no con la pequeña Lia a mi cargo. No dejaría que ella tuviera que pasar por la misma mierda que yo viví, no después de todo lo que he luchado por apartarla de todo, no permitiré que lo único bueno e inocente que queda en mi vida se acabe jodiendo esta vez para siempre.

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 Holaaa a tod@s.

Esta es mi primera historia y me gustaría que opinaseis sobre que os parece mediante vuestros comentarios y vuestras estrellitas. Estoy abierta a todo tipo de comentarios y consejos siempre y cuando no sean mal intencionados. Recuerden que no soy una escritora sino una persona que escribe por placer, que puedo cometer faltas o que me explique mal. 

Acerca de la actualización, intentaré que sea lo mas rápido posible ya que estoy muy ilusionada con esto. Bueno personitas os dejo continuar con la historia. 

Saludos zonadeconfort03 <3.