Una Cabaña y Un Cachorro

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Despierto tomando una bocanada de aire y el corazón latiendo a mil, la fogata esta ya casi extinta y sale un poco de humo de los troncos mas quemados. Durante toda la noche pase frió hasta que unos brazos me rodearon dándome un poco de calor pero en este momento esos brazos no están aquí y en su lugar hay unos 3 conejos, al principio parece que los 3 están acostados a mi lado pero al tocarlos están fríos con una leve mordida en el cuello.

- ¿Te gustan los conejos no? - Joshua llega con otro conejo mas grande en las manos y lo deja con los otros.

- Me gusta verlos vivos Joshua.

- Si, vivos son lindos pero necesitamos comer y fue lo único que pude cazar sin alejarme tanto de aquí - toma uno de los conejos y comienza a quitarle el pelo y la piel. - Si quieres refrescarte un poco en el lago mientras termino con esto - pienso decir que no necesito un baño pero al ver mis pantalones con sangre me levanto con cuidado además de que me sentí inútil al fallar cuando intente quitarle la piel a los conejos. Para mi sorpresa mis piernas ya no tiemblan aunque aun están algo adoloridas, tomo la ropa que ya esta seca y camino rápido hasta una orilla del rió en donde algunas rocas detienen lo cauteloso que es, cuando dejo mi ropa de lado meto la punta de mi dedo gordo del pie al agua y no esta totalmente fría ya que el sol de la mañana se ha encargado de calentarla un poco. Lavo mi cabello y me tardo un rato en quitar la sangre seca de mis piernas, también lavo mis pantalones esperando que la sangre se vaya del todo y cuando me siento lo suficientemente limpio tomo la camisa usada y seco todo lo que puedo. Me tiendo un poco en el paksto y dejo que el sol me caliente un poco, no necesito pensar mucho en lo que ha pasado en las ultimas horas pero lo mas preocupante es que no se que haré después, se que Joshua en verdad se preocupa y no se a donde se dirige el tren que promete, pero después de eso no tengo idea de que hacer.

Taemin, primero que nada es Taemin.

El olor de la comida me hace despabilarme y después de recoger mi ropa llego hasta Joshua, la fogata ha aumentado de tamaño y todos los conejos ya están bien cocinados.

- ¿No crees que 4 conejos son demasiado para nosotros dos?

- Bueno, necesitamos mas comida para seguir en el viaje - le quita la pata a uno de ellos y la pone en una hoja grande para ponerla frente a mi - come, se ve que no has comido nada desde ayer - me sonríe un poco, hace lo mismo para el y come en silencio.
Temo que al primer mordisco mi estómago empiece a revolverse pero no es asi, en realidad es demasiado bueno y terminamos comiendo casi todo el animal.

- ¿Aun falta mucho para el tren?

- Recorrí un poco hacia allá hace un rato - señala y leve camino por varios arboles - y la verdad es que aun falta demasiado, no creo que estemos a la mitad del camino. Pero estaremos bien, propongo caminar durante toda la mañana y parte de la tarde, descansar un rato y caminar un poco mas durante la noche. - guardo mis cosas de nuevo en la mochila y también envuelvo los conejos en las hojas que Joshua a juntado, quiero decir que la idea de viajar de noche me asusta pero siento que he sido demasiada carga.
Hasta ahora el se ha encargado de cazar, prepara los conejos, prender la fogata, cocinarlos e incluso cuidar de mi aun con todas mis quejas así que asiento lo mas normal posible.

- Ademas en la noche creí escuchar algunas pisadas cerca de aquí así que mejor nos movemos - asiento solo con un gesto y me ayuda a levantar. El camina mas despacio que ayer e incluso me ayuda con algunas rocas o ramas en el camino y en verdad me siento mal por todo lo que le dije ayer, se que solo quería ayudarme y es verdad la parte en la que no iba a saltar al rió sin haberlo pensado unas horas antes. Solo trata de ayudarme y cuidarme, siempre lo ha hecho.

- Y tus hermanos ¿todos subieron al tren? - hablo porque el silencio me esta dando muchas cosas y recuerdos en que pensar ademas de que no soy alguien que se quede callado durante mucho tiempo, necesito conversación por muy inusual que esta llegue a ser.

DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora