30 de Junio, 2018.
Aria.
Me encontraba en la terraza haciendo garabatos en la libreta que mi madre me obsequió cuando unos gritos llamaron mi atención. Fruncí el ceño y observé la hora en mi móvil. 2:15 am. ¿quién, o mejor dicho, quiénes podrían estar resolviendo sus conflictos ahora?.Dirigí mi mirada hacía abajo y distinguí a dos siluetas de lo que parecían ser chicos. A pesar de ser una urbanización cerrada la iluminación no era muy buena como los altos pagos prometían. Traté de concentrarme para poder escuchar un poco de lo que suponía era una entretenida charla. Usualmente no me importaría pero la falta de sueño y el aburrimiento no eran buenos factores para mi curiosidad.
Pronto los gritos cesaron y uno de los chicos ingresó a la casa de al lado. Había llegado hace unos días y no conocía a los vecinos de mis padres por lo cual no tenía idea de quién podría tratarse. Hice una mueca al pensar en que pronto mamá me obligaría a presentarme ante sus allegados. Dirigí mi vista nuevamente a la acera al percibir una mirada sobre mí. El otro chico se encontraba observándome desde abajo, causando en mi una sensación de incomodidad.
La escasez de luz me impedía verlo con claridad por lo cual no pude distinguir su rostro pero lo que sí pude distinguir era la seña que realizo al levantar en alto uno de sus brazos, Fuck you. Traté de dejar mi indignación a un lado y pensar en que quizá yo hubiese reaccionado de esa manera si alguien se encontrara espiando mi conversación con otra persona.
Me giré dispuesta a ir a la cocina por un vaso de agua cuando por el rabillo del ojo ví al extraño marcharse en un auto que se encontraba unos metros atrás. Llegué al refrigerador pensando en que mi vecino debería conseguirse amigos menos groseros y tal vez dejar de discutir sus problemas a las 2am. Aunque yo no era la indicada para decirlo, ya que me encontraba en plena madrugada sentada en una terraza sola.
Decidí no pensar más en lo presenciado, en su lugar recordé que mi padre me pidió desayunar todos juntos en la mañana para discutir sobre algunos asuntos de los cuáles no tenía conocimiento. Suspiré al ver que la diferencia horaria entre mi país y Australia comenzaba a afectar mis horas de sueño. Todo parecía indicar que me tomaría un tiempo retomar mi usual horario.
Decidí que lo mejor era volver a la cama y confiar en que mi cuerpo se encontraba lo suficientemente confundido y cansado para caer en un profundo sueño.
Esa madrugada soñé con unos ojos verdes opacos, tan frívolos y sombríos como siempre. Me miraban con burla, como si estuvieran consciente de la oscuridad a mi alrededor.
Es oficialmente el primer capítulo e inicio de esta historia.
Les presento a Aria, una maravillosa chica de la cuál irán sabiendo más en los próximos encuentros...
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Dulce Epifanía.
Mistério / SuspenseLo que Aria supone que serán las más emotivas vacaciones familiares dan un giro inesperado y se convirtien en una terrible pesadilla, de esas que al despertar te dejan sudando y deseando no volver a dormir. Una serie de sucesos inesperados la lleva...