Sleepwalker [ Winterpanther ]

Noches y día

Wakanda es sin duda un lugar hermoso para poder vivir en paz al fin. No más peleas, no más guerras y sobretodo no más soldado de invierno. Gracias a la intervención del rey Bucky puede tener un espacio seguro al cual llamar hogar.

No tiene mucho pero es suficiente para vivir lo que le puede quedar de existencia en paz. Solo en el campo, oh bueno, acompañado de los animales cercanos; sobretodo cabras y algún que otro niño wakandiano extraviado de la vista de sus padres para conseguir al menos por unos instantes observar al extraño hombre blanco sin un brazo. No los culpa por su infinita curiosidad e hiperactividad, es más, se siente incluso en paz al tener a esos niños a su alrededor en ciertos días en donde la soledad incluso puede superarlo.

Apenas y puede recordar mientras está en el laboratorio de Shuri como era antes de todo, antes del suero de Steve y las desgracias a raíz de la segunda guerra mundial. Él nunca quiso, hasta donde su memoria es capaz de recordar, quedarse solo. Algunos días puede vislumbrar figuras femeninas con labios rojos, sonrisas dulces y cabello hipnótico que yacían junto a el en alguna cama sucia o si la suerte estuviera de su lado en algún sofá cuyos muelles metálicos no le molestase al tumbarse o al menos apoyarse en el para más comodidad. Incluso tiene varios recuerdos momentáneos sobre su tiempo en el 107 y de como varios hombres peleaban por tumbarse en un suelo decente; aunque eso de decente se considere el que menos suciedad tuviera.

Ahora tiene hasta una camilla limpia para sus exámenes internos, todo gracias a Shuri y su firme compromiso a "arreglarlo" para que de cierta manera vuelva a ser quien era antes.

Dudaba que algún día llegase a ser ese hombre de Brooklyn con uniforme impecable, supuesto mujeriego y en sus ratos libres defensor de capullos rubios asmáticos que no saben decirle no a una pelea.

Pero mientras menos soldado de invierno tuviera incrustado en su cerebro mejor.

- Bien Bucky, necesito que te acuestes y te pongas cómodo, por hoy hemos terminado de hacer más arreglos para tu prótesis nueva - Shuri de forma sutil le extiende una manta que al tacto fue demasiado suave - pero no quiero tener que llamar a Okoye y que ella avise a alguna Dora Milaje que pase por tu zona a avisarte para que vengas aquí.

Asiente con la cabeza, a el tampoco le hace gracia dejar a sus animales sin supervisión por los constantes llamados de la princesa o ya directamente una guerrera llamado a su puerta para que la siguiera, y después ser reñido por no usar las perlas kimoyo. Pero ¿quién puede culparlo? Si ya cuando estaba en Bucarest le costaba usar teléfonos desechables no se podía imaginar esta clase de piedras que ni pantalla tienen, o al menos un botón de encendido. También se sentía de cierta forma observado por los habitantes de este país, pero supuso para no dejar espacio a la paranoia que simplemente esto es normal al tratarse del único hombre blanco en varios extensos kilómetros de cada punto cardinal. Estaba seguro que la gente de su alrededor también se sentían igual o al menos ese sentimiento de no saber que hacer o decir delante de él y la incomodidad de no tener palabras que sirvieran para iniciar si quiera contacto visual.

Aunque bueno, eso también lo estaba poniendo en práctica a veces con T'Challa cuando decida pasar a saludar. Intentar ser más sociable mientras esté en su país. O ya simplemente después de una larga reunión y tener la excusa de relajarse lejos de todo el alboroto del palacio. No llegaría a saber lo que se siente pero puede entender la saturación de emociones que puede desencadenar no estar alejado de tus propios problemas.

- Si te resulta más cómodo puedo llamar y que instalen alguna cama, no costaría nada - dice mientras apunta con su dedo a esas mismas perlas negras como avisando para que alguien viniera.

- El sofá está perfecto, gracias - se sienta e intenta relajarse. Al menos es cómodo - supongo que nos veremos mañana - la chica asiente y Barnes solo la mira de reojo como termina de recoger sus cosas.