El sitio del colegio no estaba nada mal, enseñaban entre otras cosas a querer al "Señor". No sabía muy bien quién era, tenía mis dudas sobre el Padre Deeming o el maestro de matemáticas, pero uno de los dos seguro era el "Señor".
Por si las moscas yo trataba a ambos con mucho respeto y al resto, bueno, según el
caso. Era casi invierno y los abetos del patio desprendían unas excelentes hojas amarillas dispuestas en todo momento para preparar emboscadas. En aquel tiempo andaba mucho con jungkook,
quien se había convertido en mi compañero de maldades. Éramos los hijos de Lucifer.- Oye amigo estoy harto de este colegio. Cuando cumpla 18 te juro que me voy en la primera. No quiero terminar como
un jodido cura – dijo jungkook.- Pero yo siempre pensé que te gustaba ir a los sermones – le reproché bromeando mientras miraba de soslayo y de
repente me lanzó una gran cantidad de hojas y ramas por la
cabeza – ¡Así que quieres guerra he!Ya en aquel entonces poco me importaba si realmente tenía padres o no. El resultado final no había estado mal, en su ausencia contaba con mi amigo. De vez en cuando me permitía releer la carta de mi madre imaginando que era el mapa cifrado de un gran tesoro o la clave para salvar al mundo en el futuro. Ese era mi
mundo personal, vaqueros e indios, Cristo y Lucifer, el bien y el mal. Un escape para la imaginación y la triste realidad de un niño sin padres. Por suerte por entonces todavía no conocía la autocompasión y solo veía el infinito crisol multicolor de mi vida proyectada en un techo de piedra, oscuro y mohoso.Jungkook y yo éramos sencillamente inseparables. Con trece años en
las costillas la inocencia de la niñez era historia y supurábamos por conocer el mundo. Fue un día que me llamó hacia una esquina del patio asegurándose de que estuviéramos solos.- oye esto es de puta madre mira lo que he conseguido –
registró en el bolsillo del frente.- rayos qué es eso, de dónde lo sacaste.
- No importa, me lo he encontrado de uno que los arrojó al suelo cuando fui a Murty’s.
- ¿Murty’s estás jodiendo?
- ¿Pero estás conmigo o no?
- Seguro, pero cómo encendemos eso, yo no tengo ni puta idea – eran unos cigarros tan arrugados de esconderlos que
daban pena.Conservo todavía mi cuaderno de notas en el que escribí lo sucedido aquel día. Todos solíamos llevar una especie de diario, era una regla del colegio. Le enseñaba todo lo que escribía a jungkook pero él nunca me mostraba nada. Aquella práctica quedaría grabada en mis huesos por toda la vida.
Escribir es una entrada a mi mundo interior, la posibilidad de enfrentarme al miedo de mí mismo, una luz que alumbra la oscuridad del alma. Lo sabía desde el día que Laura me había dicho que no tenía padres, fue la primera vez que estuve en aquel lugar. Era negro
como la noche y de paredes infinitas. El aire era caliente y olía a azufre. El infierno me dije. Aquella era mi vida, pero era la vida de un demonio y yo debía ser hombre. Sería desde entonces el
pincel para darle color a aquello. Pero el azufre corrompe los colores y muy pronto todo lo que pintaba se convertía nuevamente en negro y monocromático.
Solo tenía una convicción y era no ceder el pincel a nadie, ni tan solo por un minuto, qué diablos ni por un segundo. Bien es sabido que lo que no es de uno termina siendo de nadie. Aquel mundo a
pesar de no ser la gran cosa seguía siendo después de todo mi vida. Si yo era el pincel de mi vida entonces jungkook era la pintura.Y vaya que fuente inagotable de color que día a día me permitía seguir en la luz, lejos de la oscuridad. Así escribí aquel día en mi diario.
- ¡Eres taaaan marica! – me respondió desde el extremo de la cama imitando a esos chicos flojos que de vez en cuando uno se topa en la calle. Me enfureció tanto que le lancé una almohada que esquivó muy fácilmente.
- Y a ti que te encanta pasearte por Murty’s – abrió los ojos
como un par de platos y de un salto estuvo frente a mí. Con su mano tapó mi boca.
- Vamos hombre no pierdas la cabeza que nos delatas – me hizo una seña que comprendí al instante. La almohada
regresó como un misil del otro lado del albergue y esta vez sí lo golpeó. Aquella noche irónicamente pasaría como la
Guerra Nocturna de las Almohadas, la última en que estaríamos todos. Pero ya les contaré la historia.
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Call Me By Your Name - Taekook TERMINADA
RandomCall me by your name es ante todo una historia de amor y amistad. Narra la historia de taehyung, un adolescente que desde pequeño fue abandonado por sus padres en más de una ocasión y comienza a descubrir sentimientos por su amigo perdido.call me by...