Nunca he sabido como presentarme, dado que las personas somos algo más que un nombre y un par de apellidos. Empezaré diciendote mi nombre, Zoe Kennedy Irwin.
Mi vida no es de aquello más divertido ni especial: no tengo un grupo de música, no sé inventarme historias, no tengo ni idea de cómo dibujar, no estoy en el equipo de baloncesto femenino de mi instituto, tengo una mascota (un hamster llamado Minion) que mis padres no conocen (ni conocerán nunca si quiero seguir viviendo bajo un techo), no soy popular, mi ropa es más barata que algunos complementos de otras chicas… ¿Quieres que siga?
Hablemos de mi familia. Tengo dos padres, Jake y Ashton, y una hermana menor de diez años, Esther. La cual tiene como hobbie joderme la existencia. Hablaré de ella más tarde.
Mi verdadero padre es Jake (espero que entiendas este concepto), sin embargo me llevo bastante mejor con Ashton. Jake no me comprende, se olvida de que la semana pasada cumplí mis dieciocho años y que ya no dependo de él para nada. Ni siquiera Ashton ha conseguido hacerle cambiar de opinión, y eso ya es decir. Me sigue castigando sin móvil, sin televisión, sin ordenador (¡Esta es la peor parte!), sin salir de casa… Cosa que Ashton no hace, a veces desearía que mi verdadero padre fuese él. Sin embargo no puedo evitar parecerme a Jake físicamente, tengo exactamente el mismo tono de piel (blanco nuclear), el mismo cabello negro y los mismitos ojos azul claro (también llamados “ojos de hielo”, según Esther).
Hablando de Esther… Es la cosa más plasta que ha pisado este planeta a lo largo de la historia (y no exagero nada). A menudo me pregunto cómo la misma niña puede ser un ángel para mis padres y para mí el diablo en su estado más puro. Es odiosa, pesada, irritante… Escribiría una lista con todos los adjetivos negativos que la describen, pero acabaría con todo el papel del universo. Lo único que le divierte es el hecho de no dejarme divertirme a mí. Eso mis padres no lo ven, como es la hija de Ashton tiene (por huevos) que ser igual de simpática que él (lo único que tiene de simpática esa cría son los oyuelos). Por esa regla de tres yo debería ser una amargada como Jake, y no es el caso.
Hablemos de mis ‘amigas’, digo ‘amigas’ porque desde que tienen pareja la relación conmigo ha cambiado bastante. Ana ha conseguido salir con la chica más guapa y popular de toda la clase (¡Uaaaaau!), Janet. Nara lleva unos dos años y medio con la misma tía emo que intenta convencerla de que se pase al lado oscuro (cágate lorito). Jessica es la única que no tiene pareja, y por alguna razón que desconozco intenta buscarme a mí una. Para acabar, Nathan y Greyson son los únicos a los que les veo futuro.
La cosa es que ahora tenemos que ir todos juntitos a todos lados, y detesto a la mitad del grupo. No soporto el rollo amoroso, las cosas románticas me dan arcadas. Si lloré con ‘Romeo y Julieta’ fue porque no veía la hora en la que acabase.
O eso creía hará cosa de un mes, un chico como otro cualquiera hizo que cambiase mi opinión de una forma radical.
Su nombre es Michael, y esta es nuestra historia.