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       El pelinegro llegó a clase, se sentó en su sitio, extrañado al no ver al castaño sentado delante suya. La clase comenzó pasados unos minutos, y este seguía sin llegar, cuando se quiso dar cuenta, se puso rojo al ver que solo pensaba en el castaño. Justo en ese momento alguien llamó a la puerta, cuando la puerta se abrió, el castaño entró en clase, al cual se le notaba cansado.—Disculpe Profesor, me retrasé.—dijo con la voz agitada dando a entender que vino a toda prisa.

       —Kim, que sea la última vez, ¿entendido?—dijo serio.

       —Sí—entró y se sentó en su sitio, la clase continuó y el empezó a sacar sus cosas de la mochila. De repente notó que alguien le tocaba la espalda, sabía perfectamente de quien se trataba, se giró un poco viendo al pelinegro con una pequeña sonrisa en su rostro, el castaño respondió con otra, recordando el abrazo que le dió esa noche pasada.

       —Oye...gracias por la charla de ayer, lo necesitaba, en serio yo....no hablo nunca con nadie, no confío en ellos y eso que los conozco desde hace bastante, pero contigo...es...diferente—el castaño se sorprendió al oir esas palabras tan profundas en el pelinegro, le parecía increible, pero este había cambiado de repente esa personalidad suya tan prepotente, al menos con él.

       —No hace falta que me agradezcas nada, los dos estamos en una situación muy parecida, así que es normal que sepa tratar estos temas, luego hablamos más, ¿vale?—el castaño se giró y una sonrisa apareció en su cara, que el pelinegro le agradeciera esa charla no se lo esperaba.

       Cuando terminaron las clases, salieron los dos juntos del Instituto, hablando sobre todo un poco.—Oye, ¿qué te parece si vienes a mi casa?—dijo el pelinegro esperando una respuesta.

       —Sí, está bien. Por cierto, se el motivo de porque hemos congeniado tan rápido, tú no hablas con tus compañeros, y los mios por más que quisiera no podía hacer nada, necesitábamos desaogarnos ambos, y gracias a que hemos tenido que quedar para hacer un trabajo, hemos encontrado un persona que cumpla nuestras espectativas y pues aunque no la conozcamos prácticamente, hemos visto que con ella podíamos contarnos las cosas que guardábamos en nuestro interior.—el pelinegro se sorprendió al darse cuenta que todo tenía una lógica, aunque cualquiera que no supiera de sus vidas pensaría cualquier cosa.

       —Tienes razón, contigo me siento agusto desaogándome, se que me comprendes.

       Cuando llegaron a casa del pelinegro, el castaño recordó que aun tenían que terminar el trabajo.—Por cierto, ¿cuándo terminamos el trabajo, te parece bien este viernes?

       —¿Pero no tienes qué ir a la cafetería?

       —No pasa nada, aunque lo terminemos más tarde, además así no tenemos prisa, ya que el día siguiente es sábado.—el castaño se sentó acomodándose, el pelinegro trajo unos vasos y se quedó parado pensativo.

       —¿Te gusta el vino?—nl solía beberlo a menudo, ya que le gustaba guardarlo para casos particulares.

        —Sí, la verdad me gusta bastante.—vió como el pelinegro se dirigía a la cocina, y salió de esta con un vino bastante caro. Brindaron y poco a poco se bebieron prácticamente la botella entera entre los dos.

       El castaño cerró los ojos, notando la subida del alcohol al no haber comido nada hace horas, al pelinegro le pasó lo mismo.—Jungkook...me gustó lo que me hiciste en el cuello el otro día.—en ese momento Jungkook se acercó al castaño, le agarró de la cintura y le colocó encima de sus piernas, le acarició el cuello desabrochando un poco la camisa que el castaño llevaba, para despejar su cuello, el cual besó unas cuantas veces, hasta dejar una pequeña pero notoria marca, provocando que un pequeño gemido saliera de la boca del menor.

      —¿Así es cómo te gusta?—Jungkook se excitó ante el gemido del castaño, realmente todo lo que estaban haciendo, no era provocado por el alcohol, tenían conciencia de lo que hacían, otra cosa es que el alcohol ayudara.

       El pelinegro le desabrochó más la camisa, dejando su torso y abdomen al descubierto, recorriendo con sus dedos cada parte del cuerpo del castaño, provocando que leves gemidos salieran de la boca del castaño. Jungkook empezó a bajar lentamente, recorriendo el camino con su lengua. La respiración del castaño empezó a agitarse, ya que el pelinegro le desabrochó el botón del pantalón, quitándoselo al instante, dejando al descubierto su notorio miembro bastante erecto bajo la tela del bóxer. Empezó a tocarlo lentamente, haciendo que los gemidos aumentaran.

       —Jungkook...para....por favor...—dijo entre gemidos, dándose cuenta de lo que estaba haciendo.—Jungkook...ah..—el pelinegro seguía tocando el cuerpo del castaño, se acercó al castaño mirándolo fijamente, notando su respiración agitada.

       —Dilo de nuevo Kim Taehyung, di mi nombre entre gemidos.—se acercó al castaño, cerrando toda distancia entre ellos, besandolo apasionadamente, introducciendo la lengua en la boca de Taehyung. El castaño le separó al ver que el pelinegro no paraba, se quitó de encima, abrochándose la camisa y poniéndose el pantalón.

       —Lo siento yo...me tengo que ir.—dijo abriendo la puerta, el pelinegro se acercó cogiéndolo fuerte del brazo.—Jungkook...suelta me haces daño.

       —No te vayas...yo...yo quiero...cogerte ahora mismo.

       El castaño sabía que era todo efecto del alcohol, jugándole una mala pasada al pelinegro.—Jungkook...tú no quieres hacer esto...te...conoz...—el castaño calló al suelo, dándose un golpe en la cabeza con la pared del piso.

       —¡Taehyung!—el pelinegro reaccionó de inmediato, le cogió llevándole a su cuarto y metiéndole en la cama para que descansara, vió la brecha que se hizo en el lateral de la frente, vendándola después de desinfectarla. Le arropó y se sentó en un sillón que tenía en su cuarto, vigilqndo que no le pasara nada al castaño hasta el día siguiente.

       El castaño despertó con un fuerte dolor de cabeza y algo mareado, notó un pequeño pinchado en el lateral de su frente, notando una venda recubrir su cabeza, se incorporó con ayuda de sus brazos soltando un quejido de dolor, su brazo derecho tenía un ematoma de color morado super intenso, recordando al momento lo que pasó la noche anterior, sonrojándose al recordar todo lo que el pelinegro le hizo, no recordaba absolutamente todo, solo algunas partes, pero de lo que si se acordaba fue de cuando el pelinegro le sujeto fuerte del brazo, provocándole ese ematoma, pero, ¿qué pasó después? No recordaba nada más a partir de ahí, lo único que recordaba eran esos "flashback", entre ellos cuando el pelinegro le besó de esa forma tan brusca pero apasionada. Miró a su alrededor y se quedó paralizado al ver al pelinegro sentado en aquel sillón.~¿se ha quedado ahí vigilándome?
      
       El pelinegro se despertó, viendo al castaño en la cama sentado.—Taehyung...¿estás bien?—dijo acercándose preocupado.

       —Si, aunque no me acuerdo de todo lo que pasó.—dijo sonrojado.

       —Te ibas a ir y te desmayaste, dándote en la cabeza, eso es todo.

       —No me refiero a eso y lo sabes...—dijo sonrojándose aun más.

       —Aah...eso...fue efecto del alcohol...—el pelinegro vió el ematoma en su muñeca, recordando cuando le sujeto de ahí para que se quedara.—Siento lo del brazo...yo...no quería...lastimarte.

        —No te preocupes...estabamos algo borrachos...y todo fue efecto del alchol....

        —Bueno...no todo...—dijo bastante sonrojado.—cuando te besé y te toqué, sabía lo que hacía....quise hacerlo Taehyung.

~¿¡a qué se refiere con eso!?

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       Y aquí terminamos por hoy, besos 😘😘

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2019 ⏰

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