Capítulo 2

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—Confía en lo que te digo, el tipo es un completo idiota — Takanori se dejó caer en el suelo con precaución, tenía un rostro de evidente molestia y había tenido ese mismo rostro toda la mañana.

—Me parece que estás exagerando... no puede ser tan malo, Taka... —

—No, no exagero ni un poco, es un auténtico idiota — El chico continuó quejándose, mirando atentamente a su amigo, quien había tomado asiento junto a él en el suelo —Tengo qué hacer que se aleje de mi madre, Akira — Comentó sin ningún atisbo de duda en sus palabras, era algo que tenía qué hacer sí o sí, estaba convencido. 

—¿Por qué es tan malo que tu mamá quiera comenzar a rehacer su vida? — Preguntó Akira curioso, observando a Takanori fijamente, quien se encendía un cigarrillo, visiblemente estresado. 

—No comprendes — Aseguró una vez logró encender el filtro, apartándolo de sus labios —Quiero ahorrarle el que le rompan el corazón otra vez —

—Creo que estás siendo muy duro, todavía ni conoces al tipo y ya estás asegurando que le va a romper el corazón —

—Tú y yo hemos sido amigos desde hace años, mejor que nadie deberías saber cuál es su tipo de hombre: idiotas que no tienen ninguna intención más que jugar con ella—  

—Ya, pero tu mamá también necesita, ya sabes... divertirse —

Akira ahogó una risa y Takanori le dio un golpe en el costado, pero aquello sólo le hizo reírse nuevamente, esta vez con más fuerza.



Lo que Akira ignoraba por completo era que se encontraba totalmente desesperado, ya era una semana desde que ése inepto iba a comer a diario a su casa, y aunque tenía ya formulado el plan perfecto, todavía no sabía cómo era que iba a ponerlo en práctica, pues Yuu era un tipo inteligente. 

—Necesito que se vaya Akira — Dijo por fin Takanori, luego de unos momentos en silencio. Tiró la colilla del cigarrillo al suelo y la pisó, apagándola, dejando escapar un largo suspiro.

—¿Pero, por qué? — Preguntó curioso su amigo, observándolo. Entendía perfectamente las intenciones de Takanori, el querer proteger tan desmedidamente a su mamá; tenía razón cuando decía que su madre tenía un tipo de hombres y también tenía razón cuando decía que todos eran unos completos babosos... pero nunca antes había visto a su amigo tan empecinado en sacar a alguien de la vida de su madre, sobre todo a alguien a quien apenas había conocido. 

—No voy a perder tiempo esta vez, no les voy a dar la oportunidad de hacerla trizas —

—Pero les juro que un día de estos le voy a dar un balonazo en la cara a ése libidinoso estúpido — Se quejó una voz detrás de ellos, aproximándose.

—¿Otra vez, Shima? — Akira giró el rostro para mirar a su amigo, quien se acercaba a ellos con una cara de verdadera molestia, definitivamente era el día de estar enojados y lo más sorpresivo era que él mismo era quien se encontraba sereno, por una vez.

—Otra vez, sí — Aseguró el más alto, pasándose la mano por entre los cabellos, peinándoselos hacia atrás —Y va a ser así todas las veces que tenga práctica de futbol porque el estúpido entrenador es un viejo lujurioso que no deja de verme las piernas cada que pongo un pie en la cancha —

—¿Y cuándo es que te vas a quejar de él en la dirección? — Preguntó Akira, palmeando el suelo, invitándole a tomar asiento junto a ellos.

—Se lo advertí — Comentó Shima, sintiendo su ira crecer —¿Y sabes lo que me dijo el cínico? —

—¿Qué te dijo Shima? — Esta vez fue Takanori quien preguntó.

Amor Egoísta [the GazettE]Where stories live. Discover now