"Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató."
Génesis 4:8
Vemos cada mañana los ojos del hombre que con su sangre creó nuestra marca, el hijo del hombre hecho por barro y aliento de vida, quien fué hermano de nuestro padre.
Somos la sombra y equilibrio a la cual el mundo fue sometido por culpa del primer ser creado a la imagen de Dios y se nos ha jurado la misma promesa que se le ha dado a nuestro padre. Somos el descanso y a la vez los siete pecados del hombre, pero cuando habitemos gran parte de la tierra solo se verá en el ser humano aquel pecado innato que hoy se encuentra oculto en la naturaleza que tratan de aparentar.
Pero pronto se hallará un hombre capaz de matar a un hijo de Caín y será quién condenará a la tierra a someterse siete veces siete años a una maldición en donde finalmente se verá consumido el mundo en el pecado hasta llegar a su propia destrucción.
Somos los Hijos de la Sangre, llevamos con nosotros la marca en las manos, una cicatriz que nos dice quienes somos y nos permite ver qué almas deben bajar al descanso y a cuantas debemos someter a la maldición del fruto.
Somos Balans, criaturas hechas para ser el equilibro de pecado y la pureza en el mundo.
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Donde las almas descansas
RomanceExisten. Criaturas con rostros de humanos que tienen propósitos de ángeles. Humanos que contienen corazones de bestias. Almas que desean saber que : La tristeza ahoga. El miedo enloquece. El enojo arruina. El amor mata.