Capitulo I

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Gritos, llantos y golpes eran los que se escuchaban dentro de esa casa. Un caos total lleno sangre derramada sobre el piso, suplicas ignoradas y marcas de colmillos sobre el cuerpo.

Todo se veía oscuro y el aire que se respiraba era pesado, tanto que llegaba hasta ahogarte. Sentía miedo, miedo de perder lo que más me importaba, de perder a mi familia.

¡Lila,ayúdame!. Dijo mi madre con un estrepitoso grito que mi hizo salir de mi letargo. Yo simplemente no sabía qué hacer, estaba dentro de un closet oculta al igual que mi hermana menor y aduras penas podía ver a través de un orificio.

¡Jordan!.— Volvió a gritar mi madre horrorizada y un golpe seco se escuchó en la habitación.

Y ahí fue donde saque valor para salir de mi escondite, pero el valor fue reemplazado por tristeza al ver a mi padre en el piso.

Esta es una esplendida noche, no hay nada mejor como la sangre de su especie es derramada en el suelo.— Decía uno de los cuatro vampiros que se encontraban en la casa.

Rápidamente otro vampiro se acercó al otro closet donde se encontraba mi hermana y por reflejo lancé un hechizo protector hacia donde se encontraba ella mientras que mi madre luchaba contra los otros dos. Esto era una locura, ya casi no iba a soportar hasta que un golpe fuerte provocado por el mismo vampiro que  había hablado por hace unos instantes me hizo caer de rodillas y la concentración que había puesto en el hechizo se volvió vulnerable.

Que brujita tan lista. Dijo mientras me empujaba más hacia el suelo.  —¿Sabes lo qué le pasa a las brujas listas?. Esta vez se detuvo y se agachó hasta la misma altura que yo tenía, se relamió los labios y dijo: Terminan como tu madre. De pronto me soltó y pude observar a mi madre, pálida como un copo de nieve, con una mirada perdida y una gran marca de colmillos en su cuello.

Comenzaba a entrar en pánico, quedábamos mi hermana y yo, y las probabilidades de salir vivas eran escasas ante la situación, pero no me rendiría tan fácil.

A mi izquierda estaban tres vampiros alineados en un pequeño semicírculo, listos para lanzarse sobre mi, pero pensé más rápido que ellos.

Hierbus levantatus. Pronuncié entre dientes el hechizo haciendo que el suelo de la casa se rompiera y salieran raíces con espinas controladas por mí con el objetivo de inmovilizarlos. Me sentía furiosa y llena de coraje al ver como esos vampiros eran insensibles al dolor, aunque ¿qué sabrán de dolor si ni siquiera tienen un alma o corazón palpitando en su pecho?.

<<No hables mucho que también eres un monstruo.>> Hablaba mi conciencia y era verdad, al final todos éramos monstruos.

Al ver que no podían moverse, me dirigí al escondite de mi hermana.

Cuando abrí la puerta y la vi no dudé ni un segundo en abrazarla y soltar algunas lágrimas, pero al menos estábamos bien, estábamos juntas.

Quedaba un vampiro libre nada más y estábamos muy cerca de la puerta para poder salir, nuestro plan era correr lo mas que pudiéramos irnos del Clan de las Brujas del Norte y llegar al clan de brujas más cercanos y comenzar nuestras vidas.

Todo paso tan rápido, mi cabeza golpeo la pared haciéndola sangrar y los gritos de mi hermana retumbaban por todo el lugar, era una completa pesadilla.

De repente unas manos pálidas sujetaron  muy fuerte mi cintura y sostuvo mi cabeza para que mirara en una sola dirección.

Annie. Grité lo más fuerte que pude pero una de las manos del vampiro llegaron a mis labios presionándolos haciéndome callar.

Mi hermana estaba en los brazos de un vampiro joven de cabello blanco y ojos rojos como la sangre, este estaba olfateando su cuello mientras ella lloraba y gemía de miedo.

Cerré mis ojos de manera inmediata porque ya no quería seguir viendo como las personas que más quería morían ante mis ojos, sólo quería que acabara todo y que si iba a morir que fuera ya.

Abre los ojos brujita, quiero que veas como terminaras tu. Dijo el que me sujetaba, los abrí solo por un segundo por un segundo pero fue suficiente para ver como el chupa-sangre de cabellera blanca clavaba sus filosos colmillos en el pequeño cuello Annie, vi como lloraba y gritaba de puro dolor hasta que su voz dejo de escucharse en la habitación y su cuerpo sonó con brusquedad al impactar con el suelo.

¿Por qué?, ¿Qué les hizo ella a ustedes? Ella es tan solo una niña, ella no merecía morir, ni ella ni nadie. Dije gritándoles a los cuatro vampiros que estaban a mi alrededor.

Porque las brujas nunca debieron de existir. Dijo el vampiro detrás que me sujetaba en voz alta haciéndome callar . Vamos a terminar lo que comenzamos chicos. volvió a decir.

Me apretó mas hacia él, olfateo y lamió mi cuello para después morderlo con brusquedad provocando que la sangre brotara con facilidad creando un charco en el piso.

Asiel, detente. Hay vampiros de la Guardia Real merodeando la zona en busca de nosotros, déjala desangrarse que no creo que sobreviva a la noche. Dijo uno de los vampiros .

Mi vista se nublaba más y más, y fue ahí cuando choqué con el suelo. Se habían ido pero antes de cerrar por última vez mis ojos vi a mi familia tirada en el suelo sin vida y yo aproximándome a quedar sin ella.

Magia enlazada con sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora