Al volante

147 15 4
                                    

Hoy dejo en la cabecera una edición preciosa, supe bien hecha, fresca y divertida de la relación entre Robin y Alice en la serie. No tiene muchos spoilers por si os ape verla y ES MARAVILLOSO porque así nos ubicamos un poquito por lo que han pasado para llegar a este fanfic. Espero que el contenido que voy subiendo os guste también, todos los créditos del mundo a los responsables correspondientes de fotos y ediciones. Un saludo!

Un conejo al borde de un ataque de nervios, una Alicia cogiendo una maleta mientras le gritaba al conejo que se estuviera quieto,dos brujas hermanas emocionadas por una boda inminente y una Robin pensando en lo mucho que echaría de menos los cereales si tardaban en volver, era una amante de la cómida. La escena, sin duda, era realmente cómica.

Una vez la maleta en la caravana y todos listos el conejo sacó de su reloj una habichuela mágica. Por alguna extraña razón El País de las Maravillas no se había unificado en el hechizo de Regina. Aunque en el fondo, nada era una lócura si se trataban de esas tierras...

El animal tiró la habichuela desde la ventana y el portal no tardó en abrirse.

Robin echó la vista hacia atrás para asegurarse que Regina y su madre estaban listas y no se habían cargado nada de su bonita caravana. Podían ser unos personajes curiosos y sacarla de quicio pero era su familia y ahí estaban, por y para ayudar a Alicia. 

Le dedicó una última sonrisa a su prometida y arrancó el vehículo para atravesar el portal,la magia podía ser impresionante. Habían dejado atrás el bosque de Storybrooke para dar paso a setas gigantes, nubes moradas y flores cantarinas. Si algo era propio de aquel sitio, era el aura misteriosa y onírica que envolvía aquella atmósfera cargada de magia.

El conejo le indicó a Robin por dónde ir, no había carreteras en El País de las Maravillas así que era una prioridad extremar la precaución. Sin embargo, la calma no iba a durar demasiado pues un estruendo sacó a las hermanas de su conversación.

-¿Robin?  ¿Te acuerdas del día en qué tuvimos que ir a toda velocidad porque una alfombra se había estrellado contra una ventana del instituto? ¡¡Pues písale a fondo Robin Hood Mills!!-

Regina ya tenía flotando sobre su mano una bola incandescente de fuego, Zelena lanzaba trabas y tiraba setas al camino por si la bestia tropezaba y Robin ya quería pasarle el control de la caravana a Alicia mientras el conejo estaba a punto de vomitar.

-¡Robin que yo no sé conducir! ¿Recuerdas? ME DEBES CLASES-

-Vamos Chica de la Torre, es sencillo, volante y pedal. ¡¡Procura no estrellarnos!!- la arquera cogió el arma y se asomó por la ventana intentando apuntar a pesar de los torpes movimientos de la rubia al volante.

-Lo dije, estos cacharros no son seguros, NO SON SEGUROS- Gritaba el conejo por detrás.

-Vuelve a abrir la boca y hago un guiso contigo!- Contestó Zelena. 

Alicia intentando poner toda su concentración y habilidad en ese rápido cacharro desvió la vista unos segundos al espejo retrovisor y frenó en seco.

-¡Alicia eso no era el acelerador!- Gritó Robin fallando el tiro.

Alicia le dió la vuelta a la caravana bruscamente y se bajó rápido del vehículo poniéndose delante de la bestia que se dirigía hacia ellos.

-¡Alicia Jones! ¡¿Qué narices haces?!- Gritó Robin bajando del vehículo y poniéndose a su lado para defenderla, esperando de nuevo un tiro certero.

-¡Nobin no aprendes! Vemos una criatura gigante y ya estamos corriendo o lanzando flechas-

La arquera no salía de su asombro, ¿en serio estaban discutiendo ahora?.

-No sé tú pero yo quiero casarme y no voy a perder la vida hoy- contestó tensando la cuerda del arco.

La bestia estaba ya a penas unos metros pero Alicia se interpuso entre la flecha y la bestia y estiró el brazo. 

-¡Soy yo! ¡Soy Alicia!-

La bestia hizo el mismo freno que la caravana y quedó a escasos centímetros de ambas chicas. Alicia con los ojos cerrados y Robin sin poder hacerlo. Estaba enamorada de una chica tarada y cualquier día la iba a matar de un infarto.

La bestia era enorme, como un felino un poco deforme de pelo blanco crudo y unos dientes gigantes. Pero...¿adorable?. La bestia se inclinó sobre Alicia para recibir unas suaves caricias y ésta reaccionó somo si tuviera un gato en el jardín.

Entonces Robin reconoció al animal que tenía delante. El magnapresa.

Alicia lo miró con nostalgia, su historia empezó de una manera curiosa pero se convirtió en un amigo leal que, al dirigir la vista hacia Robin, gruñó.

Zelena miraba de reojo por si tenía que usar la magia para defender a su hija y a su futura nuera pero Alicia hizo que Robin bajara el arco y dejase de apuntar. 

-Ella es Robin. No te hará daño, solo nos has asustado un poco con esa entrada tan...triunfal- dijo en un tono de voz suave mientras agarraba la mano de Robin y la colocaba sobre la frente de la bestia.

A la arquera le faltaba aire que respirar, un suspiro y podía perder el brazo. Pero confiaba en Alicia, confiaba en ella y ahora, en el nuevo amigo que acababan de hacer. 

Sin duda, era un país maravilloso lleno de cosas extraordinarias pero si el magnapresa estaba allí con ellas...el mal que tenían que combatir también estaba cerca.

Casi llego a las 1000 palabras con este capítulo pero quería dejarlo aquí por hoy. Seguro que habéis visto las películas del artista Tim Burton. Sus diseños y sus ideas son espectaculares y, como buena fan de Alicia, quería que tuviera un apoyo más en esta aventura. ¿Cómo creéis que acabará? ¿Les dará tiempo a volver para la boda? ¿Conseguirán volver todos a Storybrooke? Y si la línea temporal ha traído al magnapresa...¿quién podría aparecer en este mundo?


En el país de las maravillasWhere stories live. Discover now