parte 1. [Juegos Sexuales]

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Lasciva, Historia de una Esposa.
Capítulo I.

[Juegos sexuales]

A partir del segundo año de casados Fernanda y yo empezamos a disfrutar de nuestra intimidad abiertamente, nuestra comunicación y confianza era mucha y nos llevó a tener una vida sexual placentera.

Imagínate.
Llegó a la casa y voy con un amigo, el fin es tomar y divertirnos, estaremos solos.
Llegamos y tu nos recibes vestida para la ocasión, llevas puesta la falda roja, bajo ella no llevas ropa interior. Traes puesta una blusa pegadita que remarca tu torneada figura.

Nos recibes con una sonrisa, sientes algo de nervios, pero es normal.

Yo- amor te presento a Omar.

Omar- hola mucho gusto señora.

Tu- hola qué tal, pasa, pasa estan es su casa.

Pasamos a la sala, después de entrar te encargas de cerrar todo, ventanas, puertas y cortinas, ya no hay nada que salir a hacer.
Te acercas y me das un beso de bienvenida, mi amigo se sienta en el sillón, nosotros nos sentamos en las sillas y ponemos la mesa en el centro.
Tú ya sabes lo que tienes que hacer...

Te levantas y te diriges al refrigerador, sacas de ahí unas cervezas y nos la llevas, una para cada quien, incluyéndote.

Estamos los tres, sentimos nervios porque ninguno ha hecho esto antes, nadie sabe cómo empezar la conversación así que nos disponemos a beber la cerveza., La bebemos tan pronto como si fuera carrera, lo hacemos más que nada para agarrar valor. Nos terminamos la primera, te levantas para ir por otra cerveza pero te detengo.

Yo- espera amor!! Ahora me toca ir a mi por la cerveza, tú ahí quédate, te digo mientras te cierro un ojo.

De antemano ya saber porque lo hago, sabes que iré yo para dejarte sola con mi compañero.
Me dirijo al refri pero me desvío y voy al baño para darte un poco de tiempo.

Tu- pues hola!! No sé qué decir.

Él- pues no digas nada, como quiera te vez bonita.

Tu- no digas eso que me sonrojas, le dices y mientras cruzas las piernas.

El te queda viendo sin disimular las piernas, pero recupera la mirada y tú lo esperas con la tuya.

Él- wow en verdad te vez muy bien, eres muy guapa y tu cuerpo está bonito.

Yo- Ha qué bueno, veo que ya empezaron a hacer plática, ya entraron en calor y eso que solo llevamos una cerveza, se podrán imaginar cuando llevemos varias?

Tú- pues esa es la cuestión de la reunión no?

Él- pues sí que se pondrá muy bien esto si sigue así.

Regrese y les di una cerveza a cada quién, comencé a golpear una cagetilla de cigarros contra la palma de mi mano.

Yo- alguien quiere un cigarro?

Tú- eso no se pregunta amor, pásame uno.

Él- yo también quiero.

Les pase los cigarros y a cada quién se lo prendí, tomabamos un trago de cerveza y fumabamos...
El humo se espacia por la casa, puertas y ventanas cerradas, el humo no tenía salida.
Te levantaste y te dirigiste para poner música, marcaste unas canciones de banda mientras regresabas a sentarte haciendo movimientos de baile.
Comenzamos a platicar y reír, disfrutábamos del momento mientras las cervezas nos daban un toque de alegría.

El ambiente al paso de los minutos, la música, los cigarros y las cervezas cada vez si iba poniendo mejor, ya no había timidez entre nosotros, éramos más hablantines, más sueltos a platicar y reír de cualquier cosa aún cuando fuera una tonteria.
Nos divertíamos y disfrutábamos solo del momento, contabas un chiste y nosotros reíamos, yo contaba un chiste y ustedes reían.

Estabamos mareados por las cervezas, pero no borrachos, te pusiste de pie y te sentaste en mi pierna, le das un trago a tu cerveza y fumas.

Tú- amor me das permiso de bailar con tu amigo.

Yo- claro que sí, ve amor, te dije mientras te doy una nalgada.

Caminas rumbo a donde está mi amigo y extiendes la mano para sacarlo a bailar, la música es la de menos, tú solo quieres bailar..
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Continúa

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