Lasciva, Historia de una esposa.

parte 3. [Él, Ella y Yo]

Lasciva, Historia de una esposa.
Capítulo III.

[Él, Ella y Yo]

Estamos en nuestra habitación, aquella en la qué en las paredes hay retratos de un matrimonio feliz, momentos de alegrías grabadas en fotos. Aquella misma habitación que esconde una cama llena de pasión y momentos excitantes de nuestro matrimonio.

Fernanda- sigue, no pares amor.

Estamos los tres en nuestra recámara, seguimos de pie, el está detrás de ti besando tu cuello y yo frente a ti besando tus labios, mis manos tocan tu intimidad que yace húmeda... Quiero que sigas tú amor, hazme imagínar todo.

Fernanda- Si amor...
Puedo sentir tus labios besar los míos y como tus manos entran bajo mi ropa interior, siento tus ásperos dedos rozar mis labios íntimos que están húmedos por tener a dos hombres para mí.
Siento a tu amigo detrás de mí, siento como besa mi cuello por la parte de atrás, siento su respiración y se me eriza la piel.
Su cuerpo está pegado a mi espalda, puedo sentir su miembro arecto rozar mis nalgas, mineras sus manos acarician mis piernas...

Siento una sensación única, muy rica y placentera, tengo a dos hombres para mí solita, y los dos me gustan mucho.

"Soy tu esclava y sumisa y haré todo lo que tú me pidas que haga o que me deje hacer"

Me pides entre besos que me convierta en una mujerzuela para ustedes dos y lo hago. Tomo a ambos de la mano y los llevo al pie de la cama, seguimos de pie.
Comienzo a bajar para quedar hincada enmedio de ustedes, estando ahí busco liberar sus miembros y tomarlos con mis manos.
Tengo tu miembro enpuñado y viéndote a los ojos comienzo a darle exquisitos besos, suaves mordidas con los labios, comienzo a mamartela al ritmo que mis muñecas suben y bajan de tu falo, tu amigo solo disfruta del movimiento de mi mano por el momento, pero pronto conocerá mi cálida saliva impregnarlo.

Dejo de disfrutarte con mi boca y solo te hago gozar con los movimientos de mi mano.
Comienzo a disfrutar de tu amigo, su miembro está erecto, super erecto y caliente diría yo, antes de darle la primera chupadita lo veo, y al verlo me doy cuenta  lo grueso y venoso que está, se vé exquisito, puedo percibir un ligero palpitar por la excitación, y sin pensarlo lo capturó con mis labios para hacerlo disfrutar.

Mientras le doy un exquisito oral a tu amigo tú me quedas viendo, puedo sentir tu mirada lasciva sobre mí, siento incluso como tu miembro se pone mucho mas duró, mucho muy caliente.
Disfruto con mi boca del amigo de tu amigo, ese que trae siempre entre sus piernas y lo disfruto al punto que hacerlo casi terminar en mi garganta...

- amor ya quiero que me cojan! Ya quiero sentirlos -te digo mientras aún los masturbo-.

Sin decir nada, incluso pensé que te habías molestado, bruscamente me pones de pie y me tiras a la cama, caigo sorprendida y un poco asustada, pues pensé que eso no era parte del juego, pero al momento de verte y ver esa mirada lujuriosa supe que está por venir lo bueno...

Caí a la cama, mi piel brillaba a causa de mi sudor, "cogetela" -le dijiste a tu amigo-, "y tú déjate coger" -me dijiste mientras me mirabas-.

Estaba súper mojada, sentía una sensación que quizás aún no experimento, pero imagino ha de ser única....

- amor y te gustaría en la realidad experimentarlo?
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Continuará.