Lasciva, Historia de una esposa.

parte 4. [un nuevo juego]

Lasciva, Historia de una esposa.
Capítulo IV.

[Sembrando ideas]

- Oye amor y te gustaría hacerlo realidad -me dijo-.

Cuando escuche lo que mi esposo me pedía dude en responder y quise retornar la narración de lo que estábamos haciendo, pero ya no me dejó.

- Dime amor te gustaria hacerlo -me preguntó-.

No me sentía segura de mi respuesta e indecisa dije que no, porque tenía miedos.
Mi esposo siguió insistente en el tema de querer llevar todo a la realidad, pero yo no estaba 100% segura de querer hacerlo, quizás por el miedo a qué pudiera pasar después.

Los juegos con mi esposo seguían, cada día iban subiendo mas de tono y encaminados a tener relaciones con otros, el decía que quería verme disfrutar, que le excitaba pensar en que otro hombre me lo hiciera.
Siempre me pedía que le inventara anécdotas y yo lo complacia, por que todo eso ya era excitante para mí.

[Un nuevo juego]

Imagínate que te voy a visitar ahí donde estás, pides permiso para que me dejen quedarme contigo una noche.
-Antes de ir a verte me doy una ducha y preparo mi va-gina para ti así cómo te gusta, así bien depilada.
Me visto tal cual sé que te vuelve loco, (ropa interior de anclajes), me pongo un vestido entallado, ese que resalta mi figura y que me hace ver cómo a ti te gusta, como una putita.
Me arreglo muy bien para la ocasión, pues hay planes para mí a mi estancia ahí en tu trabajo.
Estoy lista y me dispongo a ir hacia donde estás.

- Sigue amor, sigue, no pares -me dice-.

Tomo un taxi y le pido que me lleve al lugar donde estás y este toma rumbo, voy en el taxi en la parte de atrás, de reojo veo que el taxista en repetidas ocasiones me ve por el retrovisor, eso no me hace sentir incómoda porque me gusta que me vean y se que de la forma en que ando vestida soy provocadora de deseos.
No me molesta en lo más mínimo que él me vaya viendo, incluso de manera discreta cruzó en repetidas ocasiones mis piernas dejando ver mi pantorrilla, es muy notoria la excitación del taxista pues su miembro comienza a sobresalir.

- Oiga disculpa, puede pararse un momento en esa tienda, me dió sed y quisiera comprar una Soda -le digo al taxista-.

- Claro señorita -me dice-.

El vehículo se detuvo, abrí la puerta y al bajar trate de que se viera más de lo que se debía, incluso pare más mis nalgas para que pudiera apreciar que llevaba una tanga., Bajé y compre la Soda y al momento de subir lo hice en la parte del copiloto. El taxi inició su marcha...

- Coqueteale amor cómo tú solo sabes putita -me dijo mi esposo-.

Íbamos otra vez camino hacia donde estabas, el taxista se veía nervioso y por más que trataba de disimular su excitación no podía, pues su miembro lo delataba. Podía notar que de reojo me miraba las piernas, quizás en su mente me desnudaba y se imaginaba como sería coger a una hembra como yo, cómo sería tener a una mujer cabalgandolo sin piedad.

Ver su ropa abultada en la parte de su miembro y pensar que me deseaba y quizás le gustaría hacerme cosas sucias me excitaba, me sentía muy húmeda y quería insinuarme con él, pero no me atrevía, íbamos pasando por un lugar cero poblado y pensé en algo loco: "que el taxi se detiene, el taxista me somete a él, me baja a la fuerza y con violencia alza mi vistido, hace de lado mi tanga y sin decir nada me mete su miembro de un jalón hasta adentro, pude sentir el tronco de su miembro chocar contra mis labios" y mientras fantaseaba de lo que me hacía me humedecia más y más al grado de empujar en repetidas ocasiones mi cadera.

- Le pasa algo señorita -el taxista me preguntó-.

Y no supe que contestar y lo tome de la mano y se la dirigi a mi vagi-na para que me la tocará por encima, para que se diera cuenta como estaba de mojada.
El taxista quedo sorprendido, y me dijo "por qué no hizo eso antes, la hubiéramos pasado muy bien, pero ya llegamos".

El taxi se detuvo y yo seguía poniéndole la mano en mi intimidad, tú alcanzaste a ver eso, viste que el chófer me tocaba y sonreiste.
Me baje del taxi y me colgué en tu hombro, bese tus labios y viéndote a los ojos te dije "tocame la va-gina, tocame y siente como estoy de mojada" pude sentir tus dedos entrar en mis labios húmedos.
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Continuará.