Capítulo I: Siglo XXII

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Kelenk, Kelenk.

"Capital de la Paz, Armonía y Justicia"

En épocas infames, llamado "Londres"

Por verdugos de siglos anteriores.

"Hay puñales en las sonrisas de los hombres, cuando más cercanos son, mas sangrientos".William Shakespeare.


Hoy, siglo XXII.

Me encontraba leyendo en mi habitación un libro sublime en lo que a mí respecta. Othello. Hace catorce siglos de su publicación y no había obra mejor para mí. Cada vez me sorprendía entendiendo las perspectivas de Otelo, aunque con más frecuencia, las de Yago. Podría decirse que es mi personaje favorito, incluso debería ser el título de la obra, es él quien controla a todos como títeres. No es un ideal ejemplo a seguir, pero admiro sus astutas artimañas para obtener lo que desea. Aunque es denigrante que lo haga sobre el sufrimiento de los otros personajes, es formidable. Pobre Desdémona, que murió por la ciega ira de Otelo, ella sólo quería una de sus noches... Cuando llegué a la parte dónde Otelo encuentra a Desdémona por última vez, me recorrió un escalofrío por la espalda.

(Besando a Desdémona dormida)-¡Uno más! ¡Otro aún! ¡Quédate así, cuando estés muerta y te mataré, y acto seguido volveré a amarte! ¡Otro más! ¡El último!... ¡Nunca un beso tan dulce fue tan fatal!... ¡Fuerza es que llore!... Pero son lagrimas crueles... ¡Este dolor es celestial; hiere allí donde ama!

Me sobresalté al oír la puerta entreabrirse.

-Julie...-lentamente, el picaporte se movía indeciso, hasta que apareció una cabecita asomándose con unos redondos ojos curiosos.- ¿puedo pasar?. Mi hermana pequeña, Lassie. Siempre había sido tan pequeña, tímida y frágil. Parecía una muñequita de porcelana; piel blanca, facciones delicadas, delgada y un cabello negro y espeso que caía por sus hombros como una cascada. Compartíamos los mismos ojos grandes y color celeste. Para mí es una chiquilla hermosa, humilde y tan afable.

 -Claro que sí, Lassie. No necesitas preguntar. -Sonreí, abriendo los brazos hacía ella, invitándola a acercarse.- Acompáñame.

Un día, cuando no estaba en casa, mi hermana quiso subir a tomar el libro que había dejado sobre la cama y por lo alto que es para ella, resbaló y se golpeó muy fuerte en la cabeza, desde entonces, coloqué un banco de madera al lado de la cama para que Lassie pudiera subir sin complicaciones.La rodeé con mis brazos y continúe la lectura, esta vez en voz alta.

-¡Oh, injustamente, injustamente asesinada! decía Desdémona. Al escucharla, Emilia le pregunta a Otelo por esos gritos, quién después logra ver a su señora. Al instante, Emilia gritó desesperada tratando de ayudarle, pero ya era tarde.-¡Oh! ¿Quién ha cometido este crimen? preguntó Emilia.A lo que Desdémona contestó: -Nadie. Yo misma. Adiós. Encomendarme a mi bondadoso señor. ¡Oh, adiós!- y muere.

Cerré el libro al ver la hora, daba más de la medianoche. Lassie no estaba en cama, y dada su salud ese no era un lujo que pudiera darse.

-Ya es tarde, Lassie y mañana vas a la escuela.- musité con un suspiro, mis párpados estaban cansados.-Quisiera haber venido más temprano... el tratamiento me roba mucho tiempo del que puedo estar contigo.- se quejó, mirando la ventana donde las ramas de un árbol golpeaban estrépitamente el vidrio por las ráfagas de viento.

Es cierto, su tratamiento dura al menos tres horas. El abuelo le ayuda cada día. Con el avance del tiempo, han surgido nuevas enfermedades, por lo tanto, cada vez hay menos población. Es como una epidemia, sólo que existen variedades en cuanto virus y bacterias. Últimamente, Lassie ha mostrado mejorías y esperamos y siga así. Aun así, las probabilidades de un año más son muy escasas... Mi abuelo y yo nos hemos preparado para el día desde hace 4 años, desde entonces, cada día con ella se ha vuelto muy preciado.

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⏰ Last updated: Jun 13, 2019 ⏰

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Corazón de una quimeraWhere stories live. Discover now