Parte Única

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El ruido de la enorme tormenta que había en el exterior se escuchaba demasiado fuerte para su gustó, la luz de los rayos que caían en la lejanía se colaba por la ventana por unos escasos segundo alumbrabando momentáneamente la habitación, solo para después dejararla nuevamente en penurias y que a los pocos segundos el gran extruendo de un trueno retumbara en sus oidos causándole más temor.

La japonesa llevaba ya más de tres horas intentando consiliar el sueño; sin embargo, se le había hecho casi imposible. La tormenta de afuera, más el hecho de haber estado teniendo constantes pesadillas esos últimos días, dieron como resultado una no muy linda noche de insomnio para Sana. Observó entristecida las camas a su alrededor, vacías. Justo ese día la mayoría de sus amigas se había ido de viaje a visitar a sus familiares aprovechando la pequeña semana de descanso que la empresa les había dado.

Suspiró mientras se sentaba en la orilla de su cama, observó con tristeza la cama de Jihyo, en otras circunstancias se hubiera colado al lado de ella, sabía que su líder no pondría queja alguna y que le brindaria protección y calides para sobrevivir el terror que estaba pasando esa noche. Pero no, ella era la única persona dentro de aquella habitación, ni siquiera podía buscar confort en Nayeon y Mina ya que ninguna de las dos se encontraban. Sana pensó un momento, abrazó con fuerza el peluche con forma de pingüino que había tomado prestado de la cama de su amiga compatriota con la esperanza de que eso le ayudara a conciliar el sueño, cosa que no resultó. Fue entonces que la castaña recordó que en el cuarto de la menores del grupo también se encontraba Dahyun durmiendo sola, ya que Tzuyu y Chaeyoung igualmente habían salido en esa ocasión.

Analizó la situación, no quería pasar la noche sola, pero, ¿Y si la menor ya estaba profundamente dormida? No quería ser fastidiosa y despertarla. Estuvo a punto de decidir no ir, sin embargo un nuevo extruendo proveniente del exterior la hizo cambiar rápidamente la idea, tomó fuertemente el peluche de Mina entre sus brazos y salió corriendo rumbo a la habitación de las menores. El estar a oscuras en el pasillo no le tranquilizaba en lo absoluto, el ruido de la tormenta había disminuido bastante al no tener una ventana cerca que diera a afuera; sin embargo, la oscuridad era mayor a la que había en la habitación. Moviéndose, con cuidado de no tropezar, la japonesa llegó hasta el dormitorio donde se encontraba su otra amiga sola.

— ¿Dahyun? —Llamó a la menor tocando suavemente la superficie de madera de la puerta con sus nudillos. No recibió respuesta alguna. Trató de girar la perilla, pero la puerta se encontraba cerrada desde adentro.

— Dahyun... —Sana hizo un puchero volviendo a llamar a la de cabellera naranja. Pegó su oreja a la puerta para poder escuchar cualquier sonido proveniente del otro lado, aún con el ruido de la tormenta pudo captar los sonoros ronquidos de la menor, señal de que la chica ya se encontraba dormida cual oso hibernando.

Hizo una mueca de frustración, sabía que no sería sencillo despertar a la de tez pálida. Estuvo a punto de regresar entristecida a su dormitorio hasta que recordó algo.

La habitación matrimonial.

Las dos chicas que ocupaban dicho dormitorio, curiosamente, no había salido en aquella ocasión. Quizás no habían sido la primera opción de Sana porque ella sabía que muy probablemente sería difícil convencer a Jeongyeon que la dejara quedarse con ella, pero no perdía nada con intentarlo.

Caminando con lentitud y cuidado, debido a su limitada visión, Sana se encaminó hacía el dormitorio de las dos mayores. Era curioso, a la chica siempre le había dado curiosidad saber porque ese dormitorio era el único con una enorme cama matrimonial, quizás a la empresa le salía más económico que comprar camas individuales, quizás un error que les dió pereza resolver, quien sabe, eso era lo que en ese momento menos le importa.

Good Night | JeongSaMo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora