🍑IV🍑

28 3 0
                                    

Los días de Jimin luego de conocer a Yoongi no habían cambiado mucho en su totalidad excepto cuando lo tenía a él cerca, o cuando comenzaba a divagar entres los recuerdos de su hyung. Cada día veía a Ailee con su nuevo novio Jeon Jungkook en el instituto jimin no podía ocultar su dolor, porque más que dolor era nuevamente decepción. Esa estúpida decepción que toda su vida le había perseguido desde que tenía uso de razón y lo único que le salvaba era ver esos ojos oscuros pertenecientes a su Hyung. Algo en Jimin estaba creciendo, tal vez eran ganas de vivir y estar a su lado un día más.

Jimin regresaba a su casa, era viernes por la tarde y Yoongi no podía pasar a recogerlo al instituto tal y como hacía desde hace un par de meses ya que como siempre, el horario de oficina era demasiado, y Yoongi prefería cubrirlo completo el último día de la semana a tener que trabajar el día siguiente. El menor vivía bastante apartado del instituto, por ello casi siempre le caía la noche antes de llegar a su destino. Entre calle y calle jimin no podía evitar pensar en Yoongi, una vez más le era imposible.

Todas las cosas que tenían en común, sus estilos de música preferidos, las mismas películas, comidas favoritas, incluso podía decirse que compartían un mismo sentimiento, o tal vez muchos de ellos.

Jimin sacó las llaves de su casa y la introdujo en la manilla, con facilidad la abrió y se adentró en el pesado hogar. Hace días que no veía ni a un alma rondar en el lugar y eso le aliviaba. Entró en su recamara y decidió dormir, no tenía hambre y no quería tener que encontrarse con su hermano, ni mucho menos con su padre. Sacó el par de auriculares de su bolso y con gustó comenzó a escuchar música, some where only we know de Keane sonó, y le hizo relajarse en su cama mientras se quedaba dormido pensando en Yoongi, y en aquel lugar que deseaba ir solo con él.

Las fuertes gotas de lluvia se estrellaban contra la ventana junto con el viento. La puerta de la habitación de Jimin se abrió de par en par, dejándo ver a una alta y monstruosa figura masculina aproximarse.
Jimin despertó exaltado aún con la música sobre sus oídos, miró al frente y se dió cuenta que la maldición aún no había terminado.
Jimin tenía miedo, mucho miedo. No quería ver a su padre, no quería sentirlo nunca más dentro de él, ni sus dedos sobre su piel, ni sus ojos amarillos demacrados inspeccionadole.

Marcó con rapidez el número de Yoongi buscando ayuda, sabía que Yoongi no llegaría, nadie llegaba cuando él lo necesitaba, todos se perdían en su mundo mientras que el de Jimin se quebraba.

Uno, dos, tres, cuatro tonos sonaron y Yoongi no contestaba, jimin colgó una vez y volvió a llamar pero su padre se abalanzó sobre él al notar lo que hacía y lanzó a lo lejos de la habitación el celular.
Los agrietados dedos del viejo tocaron la tersa piel de Jimin causándole escalofríos y ganas de vómitar.

-te has portado muy mal hijo... - habló tan cerca de su rostro que jimin se ahogó con el asquero olor del alcohol.

-N-no he hecho nada... - se atrevió a hablar.

-Sshhh.... Todos pagan de alguna u otra manera hijo, y tú a mí me debes mucho. - sonrió maquiavelico.

El hombre comenzó a desvestir con rapidez a jimin mientras él daba golpes y patadas al aire intentando safarse.
En un momento tumbó al viejo sobre el suelo y con su ropa desgarrada intentó huir de la casa, pero por mala suerte sus llaves ya no estaban sobre el mostrador.

Jimin corrió en busca de alguna ventana abierta pero todas estaban cerradas. Comenzó a sentir pavor. Corrió una y otra vez buscando escapar, entró al baño y vió su única escapatoria, la única ventana abierta pero cuando corrió hacia ella unos brazos lo tomaron jalandolo hacia la oscuridad.

El llanto de Jimin se escuchaba desde la sala. Las palabras obscenas que soltaba su padre hacia él mientras lo abofeteaba y quebraba su piel.

-¡Detente! -. Gritó jimin a ya más no poder. Le ardía todo.

-¡Maldito seas Jimin! -. Gruñó su padre ante de estamparlo contra la pared golpeando su cabeza con el duro cemento.
Jimin cayó en el suelo con a duras penas aliento.

Sus ojos cristalizado le impedían ver a su agresor.

-Yoongi... - murmuró perdiendo la visión, pero no la sensación horrible en su cuerpo. Una vez más era tomado por aquel demonio que se hacía llamar su padre.

Cuando estaba a punto de acabar la maldición un fuerte estruendo sonó desde  inicio de la casa haciendo que el padre de Jimin se alarmara. Dos hombres vestidos de azul entraron a la habitación y tomaron a viejo de sus brazos, éste intentaba zafarse y para controlarlo los hombre propinaron un golpe con la cacha de su arma dejándolo inconsciente.

Yoongi corrió a su lado con lágrimas en los ojos al ver el estado en el que jimin estaba. No podía creer los que sus ojos veían. Quería matar a aquel maldito desgraciado que había causado tantas heridas en su amor.

-Hyung... - pronunció con debilidad y dulzura jimin mientras esbozaba una sonrisa.

-Jiminnie. - Yoongi se quitó su abrigo e intentó vestirlo, pero en el intento sus manos se llenaron de sangre y recordó las miles de veces en que su manos tocaron ese mismo líquido viscoso.

-pensé que no vendrías. - continuó Jimin.

-Y-yo jamás te dejaría Jimin, te lo dije, estaré contigo por siempre, porque te amo Jimin. - las lágrimas de Yoongi cayeron sobre el rostro de Jimin.

-Hyung... Tambien te amo. - sonrió Jimin.

Por primera vez alguien le dijo que le ama, por primera vez quizo vivir.

-Hyung, me duele.

Yoongi volvió a la realidad, miró una vez el cuerpo desnudo de Jimin y buscó algo más que su abrigo para cubrirlo.

-¡Maldición! -. Exclamó al no encontrar nada a su alrededor. Abrió uno de los cajones y encontró el uniforme de Jimin.
Lo vistió como pudo y corrió con el en brazos fuera de ese infierno.

Yoongi condujo lo más rápido que pudo hacia el hospital. Estuvo a punto de chocar un montón de veces pero aún así nunca se detuvo.
La mirada de Yoongi iba y envía entre la calle y jimin.

Temía perderlo, temía tener que perder al amor de su vida, a su ángel caído, a su compañero de caladas.

-Jimin... - intentaba hablarle para evitar que se durmiese.- sabes, yo... Quería saber si te gustaría vivir conmigo... - habló entre sollozos.

-Hyung...

-quería decírtelo mañana en un cita formal, pero las cosas se adelantaron yo...

-S-si hyung...

-Llegamos Jimin, resiste un poco más amor.

Al entrar por aquellas puertas de vidrio, por primera vez no sintió temor sino un alivió. La vista de jimin se tornó turbia pero extrañamente solo podía revisar con vivides una sola persona, Min Yoongi.

Con su pequeña mano débil tocó la mejilla fría de Yoongi sintiendo la vida entera. Yoongi no se resistió más y se acercó a él con sumo cuidado de no romperlo.
Yoongi beso a Jimin con todo su corazón. Esos tibios labios abrazaron el corazón y el cuerpo de Jimin en su totalidad, le amaba y era amado, que más podia pedir.

-Jiminnie... Amor... No... ¡JIMIN NO!

Jimin cerraba sus ojos lentamente cayendo en un sueño profundo sin pesadillas.

-despierta Jimin, por favor.- rogaba Yoongi sobre el suelo mientras sostenía la mano de jimin sin soltarla.
Sintió un leve movimiento de la parte del menor y se alertó. - ¿Jimin?

•||Cigarettes||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora