Ella estaba rota. Mientras se puso a mirar una fotografía de ellos dos juntos. Ese primer te amo que había escuchado de él ese día.
Los abrazos, los besos y las caricias que habían tenido siempre en la cama a la hora de hacer el "amor". Las palabras... te extraño, te necesito, quédate conmigo cada vez que la miraba a los ojos. Confió en el, pero ella nunca le importó. Solo la estaba manipulando para que ella no lo dejara solo. Sin ser ya la persona de la que ella estaba enamorada de un tiempo.
Lo llevo demasiado lejos, porque pensó que en algún momento podía cambiar ese sentimiento de atracción que sentía por él, pero pasado el tiempo solo se había hecho vulnerable a sus placeres en la cama. Y llego a pensar que estaba en una encrucijada entre el sexo y el amor.Amaba más el placer de estar con él, que sus sentimientos hacia ella que tuviera. Solo buscaba tenerlo dominado en la cama como una vez antes estuvo ella a sus pies. Disfrutaba verlo arrodillado a su merced, que le rogará, le importará, le preguntará y la necesitará.
Verlo loco por tenerla en su cama y ella dándole rodeos al asunto. Aplazando citas e ignorando sus llamadas. Era lo que el era diestro y le había hecho a ella cuando estaban juntos. Aprendiendo de el en el proceso. Explorando sus puntos débiles, lo que le molesta, lo que le gusta, lo que le obsesiona, lo que le tienta y lo que lo enloquece. Para usarlo como un juego de ajedrez moviendo sus fichas a su favor sabiendo el momento preciso para atacar y darle por donde más le dolía.
El sexo.
Porque tiene miedo y no puede evitarlo.
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Como una puta
Roman d'amour"Ella puede ponerse, quitarse y enseñar, mientras tu no eres capaz de ver más allá de la piel. Y entonces como sabes que no esta a tu altura, la llamas puta"- Miguel Gane.