Flores de Fuego (NatsuxJuvia)

Prólogo

Su mano tomo el pequeño cepillo que llevaba su nombre, lo llevo a su pelo y de manera lenta pasaba este por su cada uno de sus mechones. Miraba su rostro en el cristal del espejo, tarareaba una pequeña cancioncilla que había escuchado de niña y hablaba sobre el amor. Terminada la parte superior de su cabeza agarro unos mechones con la mano mientras se pasaba el cepillo por estos, quería asegurarse de que estaba todo arreglado.

Su pelo estaba bien liso, sus mechones bien colocados y su sonrisa perfecta con unos dientes blancos que podía iluminar la noche. Alargo la mano, tomo el sombrero y se lo coloco, tardo un poco en ajustarlo, no quería que deshiciera ningún pelo.

—Listo, Juvia esta lista para que Gray-sama le acepte—tomo un muñeco y lo abrazo mientras corazones salían de sus pupilas.

Llevaba un nuevo conjunto color azul cielo que se había comprado y que deseaba tener la ocasión de poder utilizarlo. ¿Qué mejor día que aquel que iba a ser correspondida?. Eso pensó la maga mientras daba una ligera vuelta. El vestido era de fina seda, con diminutos cristales azules por todo el vestido mientras en su pecho unas flores de diamantes formaban un corazón. El sombrero eran los que se usaban para ir de pícnic y unos zapatos negros y elegantes para darle el toque final a su look.

—Juvia esta bien arreglada, ahora Juvia debe ir a Fairy Tail—dijo muy contenta e ilusionada.

Fue hasta la cocina, allí encima de la mesa estaban horneadas las galletas de chocolate que con tanto esmero había preparado. Tenían la cara de Juvia y deseaba que el mago de hielo las comiera y pudiera saborear el amor que sentía ella por él.

—Juvia esta convencida de que Gray-sama se comerá sus galletas—dijo agarrando la cesta.

Luego tomo unos sandwiches, refrescos, postres y servilletas para limpiarse aunque deseaba limpiar las migas de Gray cuando este se manchara. Y cuando eso ocurriera él hiciera lo mismo para finalmente fundirse en un gran beso mientras el sol les iluminaba antes de perderse entre las colinas.

La imaginación de Juvia no paraba de volar. Se dio cuenta de la hora, despertó de su mundo de fantasía y se llevo todo lista para el día. Salió de Fairy Hills tarareando la canción, saludaba a las magas que conocía y muchos chicos la miraban embobados. Pero la maga con una mirada les asustaba, no aceptaría miradas que no fueran de su Gray-sama.

Faltaba poco para llegar al gremio y su corazón cada vez se aceleraba mas y mas. Suspiraba para mantener el control de su cuerpo, muchos días había pedido salir a este pero hoy era especial, su corazonada decía que hoy si.

—Adelante—dijo llegando a las puertas del gremio. Abrió la puerta y saludo a todos.

Con los nervios a flor de piel busco con la mirada a Gray, pero no lo vio, izquierda, derecha, izquierda y así varias veces pero no estaba. ¿Estaría de misión?, ¿con su rival en el amor?.

—Juvia—dijo una voz.

—Gajeel-san—saludo con alegría.

—¿Buscas al cubo de hielo?—pregunto.

—No llame así a Gray-sama—reprocho inflando los mofletes.

Gajeel se echo a reír. Luego su mirada se volvió algo mas seria.

—Gray se ha ido de misión durante unos meses, ha ido con...Ultear...—escuchar aquel nombre fue como una bofetada en la cara. Sintió dolor, pero no tenía que perder la esperanza, ¿no?. También se iba con Lucy y Erza, no había pasado nada entre ellos. 

Gajeel le dio un sobre con una carta en su interior.

Las manos temblorosas poco a poco fueron abriendo aquel sobre para saber su contenido. Una voz en su cabeza le decía que no lo hiciera, que por favor no lo hiciera pero sus manos hacían lo contrario. La maga trago saliva, por fin pudo ver el trozo de papel escrito por Gray-sama.