Hola bros, a ver si termino ya los exámenes de mierda. Gracias por leer, comentar y votar que mola mazo, un beso gordo. @ LoveRagofred El final está cerca.
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Por ciencia infusa de repente te despiertas del sueño.
Cuesta un poco comprender donde estás, qué día es, que estás tumbado o cómo llegaste a ese lugar.
Agoney abre los ojos, poco a poco. Es muy pronto, el sol incide por las ventanas porque fueron tan despistados como para dejarlas subidas.
Recuerda y se le escapa una sonrisa.
Sabe que Raoul no se va a levantar aunque le dé el sol, ni aunque cayera una bomba atómica justo a su lado y le arrollara una estampida de rinocerontes lo haría.
Se gira y mira de frente al politólogo, dormidito desnudito con la sabana acurrucándola en sus manos debajo de su cabeza.
*Mi cosita*
Alcanza a acariciarle la mejilla y con los dedos empieza a rascarle el pelo con ternura.
Y recuerda.
Recuerda el sol de Atocha.
Recuerda la sonrisa joven e inexperta de la primera "cita" o como la llama Raoul "solo quedamos para un cine y la cosa se puso seria".
Recuerda el primer beso con sabor a palomitas.
Recuerda la primera vez que vio la luna reflejada en sus ojos.
Recuerda la primera vez que vio el fuego en su mirada.
Recuerda todos esos lugares en los que fueron uno: el hotel, la piscina, el baño de esa discoteca famosa hetera en la que coincidieron, el piano de casa de sus padres y la lavadora.
Recuerda las peleas por el trabajo en Suecia. Los dos años en los que lo dejaron, como siempre, entre comillas porque hablaban de vez en cuando. Los 2345 kilómetros. El frío del mar Báltico. El doble de frío sin Raoul.
Recuerda llegar a las dos de la tarde al aeropuerto, encender el móvil y ver el mensaje
Recuerda llorar y volver y tornar y repetir y continuar y saltar y gritar y querer.
Recuerda repetir las primeras veces, nunca olvidadas.
Recuerda cuando entraron en política, juntos pero no revueltos. Saludarse el primer día en el Congreso con la mano, fingir preguntarse lo nombres, de qué ciudad eran diputado y de qué partido eran, disimulando entre más gente del gremio. Las miradas salvajes desde sus primeros escaños, miradas de reojo cuando salían al estrado, quizás coincidir en el baño, lavarse las manos, un beso rápido "lo estás haciendo muy bien".
Recuerda todos los besos de anoche, todos los lugares en los que dejó su marca, recuerda su boca alrededor de su miembro, sus manos atadas en el techo, el sudor en su pelo.
Recuerda sus piernas alrededor de su cintura, recuerda el sonido de la cuerda moverse arriba y abajo. La marca de sus manos en su culo. El calor ascendente y la explosión.
Recuerda los besos y los abrazos de después.
Recuerda lo lleno que se siente cuando está a su lado.
Ese politicucho socialdemócrata de andares pijos y corazón de león le ha privatizado el corazón.
Recuerda todo cada vez que le mira, aunque sus ojos estén cerrados y él esté ajeno, como ahora.
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A veces por ciencia infusa sentimos que nos observan, Raoul lo siente y tras despertarse abruptamente del sueño abre los ojos.
