Tears.

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Como siempre, el primer día de clases sólo pasaban los horarios y no había ningún trabajo y eso volvía todo más estresante.

RenJun comenzaba a creer que no existía. La parejita de enfrente, Jeno y JaeMin parecían muy concentrados en sí mismos.

Jeno era su mejor amigo, y ni siquiera lo había saludado ni preguntado como estuvo su verano.

Volteó justo cuando los de enfrente se dieron un pico en los labios y se sonrieron. Su estómago dio vuelvo y como si su corazón fuese atacado.

No podía llorar, tenía que estar feliz por su amigo aunque su corazón estuviera apunto de ser destrozado.

—Psst, oye, niño.

—...

—Niño bonito, oye.

RenJun volteó hacía quien lo llamaba, era el rubio molesto. Recién lo conocía y ya no lo soportaba.

—¿Qué quieres?— Habló finalmente Ren, estaba apunto de encintarle la boca.

—Me llamo Harvey.

—Antes dijiste Harvy.

—Es lo mismo, sabes, ¿Cómo te llamas?— Harvey parecía no tener intención de callarse.

—RenJun.

—¿Puedo quedar contigo en el descanso? Verás, soy nue-

—Maestra, ¿Puedo ir al baño?—Respondió y levantó la mano, colapsaría si no salía de ahí.

La profesora solo asintió y el chino se levantó, pero tan pronto como lo hizo, se cayó tropezandose con la mochila de Jeno frente a él.

Todos en el aula se rieron a excepción de Harvey quien de inmediato se levantó para ayudarlo.

RenJun estaba rojo y con las lágrimas cristalizando sus ojos, se levantó y salió rápido.

—¿Maestra, puedo ir con él? Para saber que esté bien.

—Adelante.

Harvey iba detrás de RenJun. Pero esperen un momento, él no sabía donde estaban los baños y preguntar no era una opción, tampoco conocía a nadie.

Comenzó a caminar por todas partes hasta que dio con el luegar, estuvo alrededor de tres minutos buscando.

Al entrar, escuchó pequeños llantos y lamentos.

—¿RenJun?

Todo se quedó en silencio.

—Mira, si estás llorando por la caída, déjame decirte que todos allá son tontos por reírse.

—Vete Harvey.

—Bien.

—No, espera, ¿Hay alguien contigo?

—No, no hay nadie.

RenJun salió y lavó su cara para disimular las lágrimas, había empezado todo mal, muy mal.

—No quiero volver a clases, quiero encerrarme en el baño por siempre.

El chico chino hablaba bajito e hipeaba, su narizita estaba roja al igual que el borde de sus ojos.

Mientras tanto, el rubio lo analizaba con la mirada, hasta que se percató de lo que había en la mano del contrario.

—¡Ren! ¿Qué es eso en tu mano? ¿Estás bien?

RenJun se rió.

Que bobo.

—No, no, es un lunar, parece moretón ¿Cierto?

Por un momento olvidó su tristeza al ver la carita preocupada de Harvey.

—Sí Harvey, sí puedes quedarte conmigo en el descanso.