Buscando estrellas en un cielo nublado.

Capítulo 1

Tarde

A veces es demasiado tarde para hacer o decir algo, un segundo puede bastar para perder una oportunidad y arruinarlo todo, desgraciadamente, este no es el caso.

Diaaaaablos, me eh quedado dormida preparando mi material para hoy, si llego tarde una vez más seguro me dejan de patitas en la calle.

Entro a la ducha como alma que lleva el diablo y prácticamente solo me doy un regaderazo, salgo tal cual entre. Cojo lo primero que encuentro, vaqueros oscuros, botas negras de piel y la camisa de botones que encuentro más a la mano

No me da tiempo ni de ponerme rubor en el rostro, ni modo, los niños se tendrán que aventar mi cara de loca. Sin más junto todas mis cosas y salgo despedida al estacionamiento del edificio, al llegar hasta ahí voy directo a mi Nissan Sentra color plomo y lo monto.

Voy tan apurada que en menos de un minuto ya estoy en la autopista, soy consciente que está mal conducir así, pero también está mal quedarse sin trabajo con un alquiler, comida y necesidades básicas que tengo que pagar.

Me detengo ante un semáforo rojo y oh Diossssss, no puedo dejar de pensar en lo que me dijo mi jefa la última vez <<Serás todo lo buena que quieras en tu trabajo -dijó señalándome con el dedo- pero si hay algo que no tolero es la impuntualidad y la próxima vez que vayas a llegar tarde, mejor ni llegues.>> Me da escalofríos.

Estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando una Hummer que viene toda velocidad a mi izquierda se estampa contra mi auto.

Cuando reacciono es demasiado tarde, el auto, mí auto está dando vueltas por el aire, y aunque el accidente apenas dura un minuto yo siento que todo va en cámara lenta.

10 metros adelante donde ha quedado mi auto destrozado de cabeza conmigo dentro, lo sé, puedo saberlo al instante, no voy a sobrevivir, puedo sentir como la vida sale de mi cuerpo poco a poco.

Por primera vez en mi vida... me rindo, no soporto el dolor, no hay un solo musculo que no me duela. Pienso en mi madre, en mi hermana y en Maya, mi perrita, y me dejo ir, no puedo soportarlo.

En el último momento me doy cuenta que ya es demasiado tarde y definitivamente no hay manera de que llegue a tiempo al trabajo.

Mi jefa con el ceño fruncido es lo último que aparece en mis pensamientos antes de que pierda la consciencia.